Parada más de la mitad de la flota de CAMPSA
Veinticuatro de los 45 buques que integran la flota de CAMPSA iniciaron ayer una huelga en apoyo de las negociaciones del convenio colectivo, permaneciendo amarrados en los distintos puertos del país; según fuentes sindicales, otros dieciséis se encuentran en ruta hacia los puertos de origen y han manifestado su intención de sumarse a la huelga. En principio, presentaron solicitud de huelga legal 39 barcos. CAMPSA, por su parte, ha puesto en marcha un plan de emergencia que garantice el suministro durante los cinco días de conflicto; los barcos han sido desalojados, y sólo permanecen en ellos unas tripulaciones de seguridad, compuestas por dieciséis hombres. Los desalojos ocasionaron incidentes en varios puertos.
Todos los barcos en huelga están amarrados en puertos españoles; los que navegaban cerca de puerto han entrado y amarrado en él, y los que estaban ya en puerto han dejado de realizar las operaciones de carga y descarga o de mantenimiento.Los buques parados son: Campaza y Nubla, en Santander; Rioja, Tejar, Campanil y Campogenil, en Palma de Mallorca; Campocerrado, en Valencia; Camporrubio, Campogules, Campochico y Campero, en Barcelona; Campo Blanco, Campo Gris, Campo Azur y Campo Miño, en La Coruña; Campoo, en Bilbao; Campolara, en Avilés; Campo Roble, Campo Narallo y Campo Verde, en Gijón; Campo Salinas, en Cartagena; Campobin, en Algeciras; Campo Raso, en Cádiz, y Campo Urdán, en Rota.
Tripulaciones de mantenimiento
La empresa ha ordenado el desalojo de todos los buques por considerar que, excepto las tripulaciones de mantenimiento, la permanencia a bordo de los huelguistas es ocupación ilegal Sin embargo, fuentes sindicales han manifestado a EL PAIS que, aunque no desean el enfrentamiento con las Fuerzas de Orden Público, no están dispuestos a obedecer esta orden, ya que los barcos son (además de centro de trabajo) vivienda de los marinos.Por esta razón, se registraron incidentes en los puertos de La Coruña, Palma de Mallorca y de Algeciras. Según informa nuestro corresponsal en Santiago, Perfecto Conde, la Guardia Civil procedió al desembarco forzoso de la tripulación del Campo Azur, al tiempo que se negaba el acceso a cubierta a uno de los representantes sindicales. En Algeciras también fueron desalojados los marinos del Campobín, y en Palma, según fuentes del SLMM, la Guardia Civil desalojó, apunta de metralleta, los cuatro barcos allí fondeados.
Preocupa a las centrales sindicales la seguridad de las embarcaciones, al considerar insuficientes los dieciséis hombres que CAMPSA mantiene como tripulación de emergencia. Sin embargo, fuentes de la compañía han asegurado a EL PAIS que se cumplen estrictamente las normas de seguridad para petroleros: «Las tripulaciones que se mantienen en los barcos son, según las mismas fuentes, superiores a las que intervienen habitualmente en las operaciones de carga y descarga, que son las que mayor riesgo entrañan». De cara a no enturbiar más la situación, la compañía permitirá pernoctar en los barcos a todos aquellos trabajadores que tengan lejos su lugar de residencia.
Garantías de abastecimiento
CAMPSA, según manifestaciones de sus responsables, garantizará totalmente el abastecimiento durante los dos períodos de convocatoria de huelga (3 al 7 y 13 al 17 de septiembre). Francisco Pérez Cerdá, director de la compañía, manifestó a Radio Nacional de España que dentro del plan de emergencia previsto por CAMPSA se han tomado todas las medidas precisas para que las factorías costeras estén suficientemente abastecidas y desde ellas se pueda hacer llegar el combustible a todos los rincones del país, según las líneas de distribución que habitualmente se llevan. Según fuentes de la compañía, a última hora de la tarde estaban en huelga 21 buques; siete trabajaban y quince estaban navegando.A primeras horas de esta tarde están convocados de nuevo los representantes sindicales y de CAMPSA para continuar las negociaciones del convenio colectivo; en la madrugada de ayer, lunes, tuvieron que ser interrumpidas, al mostrarse ambas partes intransigentes en sus respectivas posturas.
Los trabajadores piden un incremento global en sus salarios del 16,5%; jornada laboral de 37,5 horas semanales, frente a las 44 actuales, y la fijación de los días de descanso en razón de los nuevos horarios.
Posición de la compañía
CAMPSA reitera que estas reivindicaciones son absolutamente inaceptables, pues su concesión haría perder la competitividad de la compañía respecto de las multinacionales del sector. Aseguran fuentes de la misma que el costo actual de su personal de flota supone ahora 1.459.000 pesetas por individuo y año, cifra que sitúa a sus trabajadores entre los mejores pagados de Europa. En cuanto a la reducción de horario solicitada por la representación social, argumenta CAMPSA que todas las demás compañías españolas trabajan cuando menos 44 horas semanales y que reducir la jornada a las 37,5 horas solicitadas sería de todo punto antirrentable. A las doce de esta mañana hay convocada una rueda de prensa en la que responsables de la compañía expondrán su postura ante el conflicto.La Federación Internacional del Transporte, que agrupa 6,5 millones de afiliados, ha enviado telegramas de solidaridad al comité de huelga de CAMPSA.
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