Detenidos en Vitoria dos atracadores que utilizaban armas proporcionadas por ETA

Dos atracadores, uno de ellos delincuente habitual, detenidos recientemente en Vitoria, utilizaban para sus acciones tres pistolas y dos metralletas que les habían sido cedidas por ETA «a cambio de reivindicar las acciones a nombre de la organización terrorista», según informó ayer la comisaría de policía de Vitoria.José Manuel Fuentes García y José Luis Terruellas Salces, este último «conocido delincuente habitual», que fueron detenidos el pasado domingo como supuestos autores del atraco a una sucursal de la Caja de Ahorros Municipal, operación que realizaron disfrazados de blusas (traje típico de las fiestas de Vitoria), se han confesado autores de varios atracos y de un secuestro, realizados en septiembre y octubre del año pasado en Pamplona. Se declara en la información policial que ambos detenidos han reconocido que tales acciones las realizaron cuando estaban integrados en un grupo dirigido por Carlos Catalán Sánchez, persona conocida en círculos artísticos e intelectuales de la capital navarra, que actualmente se encuentra, en la prisión de Pamplona, acusado de actividades relacionadas con ETA.

En poder de los supuestos atracadores se ha encontrado un revólver Llama, calibre 38, un broche de oro y brillantes y una sortija de oro, entre otros efectos. La citada arma es, según la policía, la robada el 29 de septiembre de 1978 a un vigilante de la Caja de Ahorros de Pamplona, y las joyas son las que fueron arrebatadas en el domicilio de un industrial de la misma ciudad, bajo amenaza armada, el día 19 de octubre del mismo año. La intención original de la entrada al piso del industrial era obligarle a firmar un talón bancario por quince millones de pesetas. Esta amenaza, así como el secuestro del director del Banco de la Basconia, de Pamplona, ocurrido el día 22 de septiembre del año pasado, con objeto de robar en el banco, y atribuido al grupo, no dieron resultado. Sin embargo, la nota policial afirma que Carlos Catalán remitió con posterioridad una carta al industrial pamplonica amenazándole de muerte en nombre de ETA y pidiéndole tres millones de pesetas, cantidad que fue hecha efectiva.