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Tribus del sur del Sahara se someten, como "vasallos", al rey Hassan II

Con una voz grave y pausada, el rey Hassan II de Marruecos agradeció ayer a los representantes de las principales tribus de Tiris el Garbia, venidos a la capital marroquí desde el desierto para testimoniar su vasallaje al reino de Marruecos, el haber hecho posible «la reunificación de la patria».

En los jardines del palacio real, rodeados por la guardia mora, la guardia de honor, y ante los más altos dignatarios militares y civiles del reino, así como el cuerpo diplomático árabe y africano acreditado en Rabat, los dignatarios de las principales tribus de la que desde ayer es la 37 provincia del reino alauita se postraron tres veces ante Hassan II en señal de sumisión y vasallaje.Al término de la ceremonia, en la que estuvo presente curiosamente el encargado de negocios de Mauritania, cuyo Gobierno acaba de denunciar la «ocupación marroquí y pedido la retirada de las tropas jerifianas», el rey Hassan II entregó armas a los jefes de las tribus.

Contentos con sus fusiles M-16, norteamericanos, desempaquetados para la ocasión ante todos los presentes en la ceremonia, los representantes de los Ouled Dlim, Erguibat, Ouled Cheikh, Larroussin, Ait Baamran, Cheikh Ma el Aini, Ait Lahcen, Skarna, Izerguiyine y otras tribus entonaron el clásico «Allah es grande» y «Gracias a tí, Señor de los creyentes».

El coronel mayor del Ejército marroquí, Ahmed Dlimi, que se mantuvo durante todo el acto al lado del soberano alauita, entregó a éste la bandera del Oued el Dahab, Río de Oro, que ahora recobra su viejo nombre en sustitución de Tiris el Garbia. La bandera del Oued el Dahab fue inmediatamente colocada junto a las de las otras provincias marroquíes. En su breve alocución final, aceptando el acto de vasallaje, el rey Hassan II declaró que esa bandera se uniría a las de las otras provincias marroquíes que habían particpado en la «marcha verde» y que sería colocada en el mausoleo de Mohamed V, donde se encuentran simbólicamente, como testimonio de la unión y la grandeza del reino, las banderas de las restantes provincias.

Cherif Dlimi, nuevo gobernador

Antes de que los trescientos invitados y sus sesenta mujeres, venidos del Sahara, tomaran el camino de regreso del recinto amurallado de palacio para volver a sus jaimas, instaladas en las afueras de las históricas murallas, el rey Hassan II entregó a Cherif Dlimi el decreto recién firmado que le nombra nuevo gobernador de la provincia marroquí de Oued ed Dahab.En sus palabras aceptando la baya (vasallaje), el rey Hassan II agradeció a los saharauis el haber permitido que la parte norte y la parte sur del reino volvieran a unirse. «Nuestros enemigos», dijo Hassan II, en clara referencia al Polisario, «son, en su inmensa mayoría, mauritanos. Mauritania los necesita ahora para las tareas de su reconstrucción.»

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La capital del reino ha vivido, pues, unas horas históricas similares quizá a aquellas que Marruecos recuerda de la reunión de la Yemaa en 1976, y tras la cual las zonas del norte del ex Sahara español quedaron incorporadas en el reino alauita como provincias de El Aaiún, Asmara y Bojador. Los marroquíes han dejado bien claro, en las horas que precedieron al acto de ayer, que para ellos esta ceremonia equivale a la autodeterminación de la población de Oued ed Dahab.

Para estos hombres simples del desierto, la mayoría de ellos de edad avanzada, el palacio real de Rabat viene a ser casi como la «Gran Puerta» durante la dominación otomana. Mañana, con sus vistosos bubus azules, sus carnes resecas por los vientos del desierto y la arena, volverán a la realidad del conflicto.

Para recordar precisamente la gravedad del conflicto, ayer por la tarde el Ministerio marroquí de Información publicó un comunicado en el que reconocía la importancia del enfrentamiento armado del sábado pasado en la localidad de Bir Anzaren, a unos 150 kilómetros al noreste de Bojador.

Más de quinientos muertos en combate

Según el comunicado, una columna de 2.500 a 3.000 saharauis con quinientos vehículos, entre los cuales se señalaron blindados ligeros de fabricación soviética, fueron interceptados en la mañana del sábado por las FAR. El combate duró hasta la caída de la tarde, en una confrontación final en la que se combatió con arma blanca. Las fuentes marroquíes declaran haber causado 407 bajas al Polisario y un centenar de heridos, a la par que reconocen haber perdido cien hombres y 43 heridos.Durante todo el tiempo que duró la ceremonia del acto de vasallaje, una costumbre tradicional que se repite todos los años en el mes de marzo, aniversario del rey y de la independencia, por parte de todas las tribus del reino, el ministro de Asuntos Exteriores de Mauritania, Uld Abdallahi, y el embajador de Nuakchott en Rabat esperaron a ser recibidos por el rey Hassan II. Abdellahi, que luego seguirá también a Argel, trae un mensaje del primer ministro, Uld Jaidala, para el rey Hassan.

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