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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Policías y policías

LA DETENCION de los supuestos » autores del atentado contra la cafetería California 47 ha constituido un verdadero éxito policial. La opinión pública se verá tranquilizada un punto con esta acción que ha permitido la localización y detención de los terroristas con vida. La posibilidad de aclarar realmente en qué consisten los GRAPO pasa por la acción de los tribunales y por una investigación seria sobre la sospecha de utilización de al menos algunos elementos de este grupo terrorista por agentes de causas más explícitas y menos idealistas que la revolución o la libertad.El jefe superior de Policía de Madrid y los inspectores a sus órdenes han realizado, pues, un buen servicio. Pero la declaración del propio comisario Pastor sobre el hecho de que una filtración informativa desbarató la posibilidad de detener al cerebro de los GRAPO ha puesto de relieve la existencia de una brigada inútil, la especial operativa, heredada de la tenebrosa social de la dictadura que bajo el título pomposo del antiterrorismo ha. cosechado fracaso tras fracaso y provocado incidente tras incidente. La jubilación de su fundador, el superagente Conesa, no basta para consolar a cuantos desean una policía moderna y democrática. Conesa no era un individuo aislado, sino un maestro de cierta forma de hacer las cosas. Las sevicias y malos tratos realizados por numerosos inspectores de la brigada político social franquista, y no sólo durante el antiguo régimen, responden a una concepción determinada de la función policial que entraña de suyo un abuso de poder, una falta de respeto a los derechos humanos y un menosprecio de las leyes.

Ayer publicaba EL PAIS algunas de las contradicciones, o puntos oscuros que estos nuevos antiterroristas, con largo expediente de antidemócratas, han protagonizado en los últimos tiempos. No cumplieron -pudiendo- con su deber en la detención ordenada por los jueces del fascista Angel Sierra, no protegieron la vida del magistrado Cruz Cuenca, que resultó asesinado, y truncaron otra operación de la policía madrileña contra los GRAPO, matando de un tiro a Delgado Códex... Estos policías, algunos de los cuales, como su propio ex jefe, disfrutan a un tiempo con el misterio y la publicidad, dan entrevistas a la prensa, se convierten en mitos o contra mitos y ocupan las primeras paginas de los periódicos de la ultraderecha, son al tiempo los que causan el descrédito de su cuerpo, entorpecen la acción de sus compañeros e irritan la opinión de los ciudadanos.

El jefe superior de Policía llamó «traidor» al funcionario que hubiera filtrado a la prensa la noticia de la detención de los GRAPO. Pero el comisario Pastor sabe, como tanta gente sabe, que no se trata de la existencia de un traidor aislado, sino de la necesidad de sanear un sector, probablemente mínimo pero muy activo, de policías a lo Conesa. En una palabra, de hacer lo que el ministro Martín Villa no quiso, no supo o no pudo hacer.

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Por lo demás, el éxito policial de hace un par de días y la ineficacia probada de la Brigada Especial Operativa pone de relieve lo innecesario de que ésta exista. No se puede mantener por más tiempo una situación en la que parece como si el Estado necesitara poner policías que vigilen a otros policías y en la que la benevolamente llamada desconexión entre brigadas haga infundir más sospechas. Llévese a casa el señor Conesa, con su jubilación, su brigada, sus discípulos y sus sistemas.

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