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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El aspecto económico de los "subnormales"

Hoy día, de ayuda y cooperación al niño subnormal, nada. Mil quinientas pesetas al mes, teniendo que pasar revista cada equis tiempo, no fuera a ser que el niño hubiera dejado de serlo y siguiera percíbiendo esta ayuda. En los centros estatales (Seguridad Social, subvencionados ... ) las pegas y problemas que plantean médicos, enfermeras y técnicos para que estos niños reciban la más mínima ayuda son absolutamente ínsalvables (salvo honrosísimas excepciones).Si con mucha suerte se consigue entrar en uno de ellos, generalmente, cuando más lo necesita, es dado de alta por el doctor encargado de la sección, que dice: este niño no es más recuperable, ha llegado al m áximo. Le dan de alta, y entonces viene el recorrer todos los centros más o menos estatales, donde hay que ir un día a examen médíco-psicológico-pedagógico, otro día no están los que te habían citado, otro día al examen otorrino-oftalmológico-dentista (estas revisiones suelen hacerse de punta a punta de donde se vive, lo que supone ir con un niño, en brazos, de cuatro, cinco, ocho años.... para que, al final, el niño resulte ser más tonto que el mínimo establecido y acabar yendo a uno de pago, pago que supone, el más barato, de 25.000 a 30.000 pesetas. Eso sí, hay una asistente social que, si te declaras bajo juramento, pobre de solemnidad, se tiene opción a ayuda de unas mil y alguna peseta por parte de la Diputación y no sié si unas 2.000 ó 2. 100 de algún otro organismo o asociación piadosa. Es de reconocer que suficiente esfuerzo tienen que hacer la mayoría de los centros privados, a pesar de las cifras citadas anteriormente, para mantener sus puertas abiertas, debído a la falta casi total de apoyo por parte de la Administración.

Quizá esto suena un tanto a folletín, pero es la terrible realidad.

Olvidaba decir que uno de los niños dado de alta por un centro estatal, no pudiendo optar al de pago, lleva un año en su casa; este doctor acertó, no sólo no ha ido a más, sino que ha retrocedido y, con un poco de suerte, y otro año sin rehabilitación, volverá a estar postrado, para que se pueda seguir hablando por muchos años de la «subnormalidad». Al citar a un niño, sólo lo hago en representación de todos los demás.

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