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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Suárez-Abril amistad malentendida

Dice EL PAIS, en su editorial de ayer, 20 de julio, que si Suárez consiguiese aplicar su capacidad negociadora a los asuntos económicos este país tendría sus cuestiones básicas solucionadas. Estoy, básicarnente, de acuerdo con ello, pero quisiera apuntar algo.Yo pienso que lo que muestra Suárez en los asuntos económicos es una profunda ceguera (cosa extraña, dada su sagacidad y astucia) o, lo que es peor, una fidelidad mal entendida: para con la amistad, que redunda en perjuicio de su «propia imagen» e incluso, cosa mucho más grave, del bien del país.

A los hechos me remito:

Verano del 78: negociaciones de la Constitución. Abril Martorell, caballo de batalla de UCD en dichas negociaciones, después de mucho discutir y echarse atrás en palabras dadas, no consigue un acuerdo razonable con el grupo vasco, lo que provoca la abstención del PNV en el referéndum y el voto negativo de otras formaciones políticas. Recientemente, con una mentalidad abierta y una capacidad negociadora que el señor Abril no posee, se ha llegado a consensuar un Estatuto con plena satisfacción para todas las fuerzas políticas mayoritarias en el Estado español y en el propio País Vasco. ¿Se hubiese llegado a esto de ser el señor Abril quien comandase las negociaciones?

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Junio del 77: primeras elecciones libres, de las que sale un Gobierno donde la política económica está llevada por manos expertas y capaces (F. Quintana y F. Ordóñez) que, con la colaboración de la oposición (léase izquierdas), permiten poner un freno a la ínflación, además de una mejoría general de la economía, aun a costa de producirse una regresión en algunos aspectos de la misma.

Invierno del 78: Fuentes Quintana sale del Gobierno, ocupando su puesto Abril Martorell y, al año siguiente, sale Fernández Ordóñez a causa de discrepancias con Abril. Es en la primera de estas fechas cuando la economía española cornienza un progresivo descenso sin encontrar ese mínimo, que todos ansiamos, a partir del cual empiece la recuperación: el paro sigue aumentando alarmantemente, la inflación supera todas las previsíones, las suspensiones de pagos se suceden cada vez con más frecuencia... Ya han transcurrido más de cien días del actual Gobierno y aún no tenemos un programa económico marco, después de haber tenido que retirar, ¡por recomendación de la propia UCD!, el anteriormente presentado a las Cortes.

Pienso, señor director, que el principal mal de la economía española tiene nombre propio: Fernando Abril Martorell. Su ineptitud en muchos aspectos (no dudo de su capacidad como ingeniero agrónomo), su cerrazón mental están llevando al país a una situación insostenible, que puede conducir a una crisis gubernamental donde saltará hasta, ¿por qué no?, el mismo Suárez.

Hablo desde la postura de un ciudadano que desea otro Gobierno muy distinto a este que tenemos, pero no a costa de llevar al país a la ruina económica y con ello a todas las demás ruinas: laboral, social...

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