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Estatuto catalán

Socialistas, comunistas y nacionalistas acusan a UCD de boicot

La primera reunión de la ponencia conjunta Comisión Constitucional-Asamblea de Parlamentarios catalanes para debatir el Estatuto de Sau finalizó con un gran enfado de los representantes de la troika -Partido de los Socialistas de Cataluña, Partido Socialista Unificado de Cataluña (comunista) y Minoría Catalana-, que acusan a Unión de Centro Democrático (UCD) de boicotear los trabajos, apoyando al ponente de Coalición Democrática, Manuel Fraga, y de hacer gravitar sobre el Estatuto catalán los acuerdos alcanzados en el Estatuto vasco. La ponencia, que permaneció reunida ocho horas, examinó siete artículos, pero aprobó sólo uno, el cuarto, relativo a la bandera de Cataluña. Los otros seis quedaron aparcados.La primera discusión la originó el procedimiento que debía seguir la ponencia en su trabajo. UCD deseaba una primera lectura en la que no se efectuaran votaciones -tal y como se hizo con el Estatuto vasco-, pero prevaleció el criterio de la izquierda y de los nacionalistas, que proponían entrar directamente en el estudio y votación de los artículos, excluido el primero, por considerar que sería el más problemático. Finalmente. el trabajo se inició con el artículo primero, consideradopor Manuel Fraga condicíonante. El citado artículo quedó aparcado, al igual que el segundo. tercero, quinto, sexto y séptimo.

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La ponencia del Estatuto catalán sólo aprobó el artículo relativo a la "senyera"

(Viene de primera página)

A la salida de la sala del Congreso de los Diputados, donde se reúne la ponencia, el diputado de la Minoría Catalana Miguel Roca, que parecía muy irritado, comentó irónicamente: «Tenemos una gran satisfacción. Mañana los periódicos catalanes podrán titular ja tenim la bandera. Es una cosa magnífica.» El señor Roca anunció que la ponencia no volvería a reunirse hasta el próximo martes: «Deben tener trabajos más importantes», y resumió así su primera impresión: «Muy negativa.»

El secretario general del PSC, Joan Reventós, no fue menos tajante: «La sesión de hoy es una vergüenza. Ocho horas para aprobar que existe la bandera de Cataluña.» Gregorio López Raimundo, del PSUC, ironizó: «Vamos bien, hemos aprobado un artículo de tres líneas. En cuanto tocábamos uno con cuatro, no había forma de ponernos de acuerdo. » Eduardo Martín Toval, del PSC, dijo que UCD no conseguiría exasperarles y que el partido gubernamental actuaba como si su jefe fuera Manuel Fraga. Relató que al examinarse el artículo primero, Manuel Fraga había propuesto que se respetara la expresión «realidad nacional» si se añadía «dentro del Estado español» y que los restantes grupos se habían mostrado de acuerdo. «Pues bien, inmediatamente se echó atrás.» Reconoció que su grupo había propuesto aparcar el artículo seis, relativo a la condición política de catalán, porque, dijo, es muy importante y queríamos hablar antes con los andalucistas, que están en contra.

El enfado más notable, sin embargo, era el del ponente comunista Jordi Solé Tura, habitualmente tranquilo y frío: «Estoy indignado, enfadado personalmente. Nos quieren tratar como si fuéramos cuatro infelices que vienen de un pueblo y están muy equivocados.» Según el señor Solé Tura, UCD no quiere que se apruebe ningún artículo del Estatuto catalán que contenga una novedad respecto al vasco. «A lo mejor temen que en la Comisión Constitucional, que se reúne mañana, sábado, para estudiar el Estatuto de Guernica, se les escape algo », añadió. Estimó también que UCD desea forzar la situación para obligar a abrir una negociación extraparlamentaria

Alberto Oliart, de UCD, consideró que la sesión no había sido tan negativa como la izquierda quería presentarla y recordó que su partido sólo propuso que se aparcara un artículo, el séptimo, porque piensa ofrecer una nueva redacción en la próxima reunión. Antón Canyellas, también de UCD y miembro de la delegación de parlamentarios, preguntado por EL PAIS sobre si compartía la estrategia de su partido, contestó: «Como soy conciliador, creo que entre todos podríamos haber conseguido más acuerdos y ciertos avances de cara a la opinión pública.»

Según la información facilitada por el presidente de la ponencia, Emilio Attard, en el debate sobre el artículo primero, las máximas objecciones centristas se dirigieron contra la frase «Cataluña, como expresión de su realidad nacional», por estimar que la expresión realidad nacional se sale del marco de la Constitución, que se limita a hablar de nacionalidades. Los señores Fraga y Piñar se opusieron también enérgicamente al término. El ponente de la Minoría Catalana, Miguel Roca, pidió que se aparcase el artículo, y a esta petición se unieron el socialista Alfonso Guerra y los representantes de fa Asamblea catalana, Macía Alavedra y Heribert Barrera.

En el artículo segundo, el término controvertido fue el de «comarcas», que suscitó la petición del señor Fraga de aparcarlo. En el tercero se produjo la ruptura entre la posición de UCD central y de la UCD catalana. En nombre de esta última, Antón Canyellas expresó su deseo de que la alusión al catalán como lengua propia de Cataluña se aprobara sin modificaciones, o, de lo contrario, quedara aparcado el artículo. Al no llegarse a un acuerdo, especialmente por las objeciones del centrista Alberto Oliart y del señor Fraga (CD), quedó aparcado.

En relación al artículo cuarto, único aprobado, el señor Piñar aludió a su reserva al artículo, por pertenecer a un Estatuto que rechaza, pero no por su contenido. «Respeto y amo la bandera histórica de Cataluña», dijo el líder ultraderechista. Más tarde el señor Piñar, que ayer colaboró en la búsqueda de fórmulas jurídicas, explicó que él no podía estar inmóvil, como don Tancredo, aunque estuviera en contra de todo el Estatuto. «No voto contra la verdad, sino contra el sitio donde esa verdad está contenida», añadió.

En el artículo quinto, que estructura el territorio catalán en municipios y comarcas, Rodolfo Martín Villa defendió con énfasis la subsistencia de las provincias y las diputaciones. A petición del señor Fraga -que no aceptó la oferta de aclarar el texto mediante la cita de los artículos 68 y 69 de la Constitución, hecha por el señor Roca- quedó aparcado.

En el sexto, sobre la condición política de los catalanes, la objeción inicial partió del Grupo Andalucista, que pidió protección para la condición de inmigrante. Pero fue el socialista Eduardo Martín Toval quien propuso el aparcamiento formal del artículo, llevado de su deseo de que se apruebe por unanimidad en otra sesión. En el séptimo, relativo al derecho civil de Cataluña, parecía existir asenso general, con la colaboración del señor Piñar en la redacción sobre los extranjeros en Cataluña, pero el Grupo centrista pidió tiempo para reflexionar sobre el texto y el artículo quedó también aparcado.

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