Un policía nacional, asesinado en Madrid
Un policía nacional de veinticinco años, Deogracias Hernández Rodríguez, resultó muerto de un disparo, ayer por la tarde, cuando se hallaba de centinela en la puerta de la comisaría de Universidad, en la calle de Rey Francisco, 15, de Madrid. Dos o tres individuos dispararon contra él desde un coche en marcha.
En la fachada de la comisaría se advierten con claridad al menos cinco de los impactos de las balas. Otras penetraron en el interior del recinto y una se incrustó en el cuerpo del policía, a la altura de la axila izquierda, sin orificio de salida, le atravesó el tórax transversalmente y debió afectarle varios órganos vitales, según fuentes de la clínica de la Concepción, donde fue trasladado por sus compañeros.El atentado se produjo a las cuatro de la tarde. Dos o tres personas efectuaron disparos con una metralleta desde un taxi Seat 132.
Según la versión recogida en el lugar del atentado, por medio de algunas personas que oyeron los comentarios de los compañeros del fallecido, delante iba un Seat 127, que ocuparon los autores, tras abandonar el taxi, casi inmediatamente después de realizar los disparos.
Según Efe, un compañero de Deogracias vio la metralleta y gritó a éste: «Tírate, tírate al suelo. »
La operación de búsqueda de los autores estuvo orientada ayer por la tarde en dirección a localizar ambos vehículos citados. Por una parte, y según Europa Press, varios vehículos policiales persiguieron un Seat 127 azul, visto por las inmediaciones de la glorieta de Atocha. Efe precisa que los autores, a bordo del citado coche, pasaron por el scalextric de esa misma glorieta perseguido por vehículos de la policía.
Por otra parte, a las siete menos cuarto de la tarde, el servicio policial central de radio de los coches-patrulla ordenaba la persecución de «taxi modelo 132, matrícula M-5415-DF, en el que viajaban los autores del atentado por la calle de María de Molina». Un portavoz de la Dirección de la Seguridad del Estado informó a EL PAIS más tarde que «no había ninguna novedad» respecto al atentado o la localización de los autores. Ayer por la mañana fue robado un taxi, al parecer modelo 124, pero se especulaba con la posibilidad de que fuera el mismo,
Deogracias Hernández era natural de Tulneja (Las Palmas) y pertenecía a la tercera compañía de la decimocuarta bandera, con guarnición en Madrid. Su siguiente destino previsto era el de la 16 compañía de la Reserva General, en Pamplona, a partir del 1 de agosto próximo. Se encontraba en Madrid en período de prácticas desde el pasado 1 de abril, en que salió de la Academia, de la Policía Nacional. Estaba casado desde hace dos meses, no tenía hijos y anteriormente ejerció como administrativo.
El atentado ha quedado bajo la jurisdicción de ¡a autoridad judicial civil. El cadáver del policía nacional será trasladado a Canarias. La muerte de Deogracias Hernández "debió ser prácticamente instantánea», informaron en La Concepción, «ya que tardaron unos siete minutos en traerlo y ya llegó cadáver».
La esposa del fallecido, Luisa Barragán, acudió a la clínica a las seis menos cuarto de la tarde, aproximadamente. La joven canaria no conocía aún la muerte de su esposo. La trágica noticia le fue dada por el coronel de la Policía Nacional que salió a recibirla, y la joven esposa se arrojó llorando en sus brazos.
A la clínica de la Concepción acudieron ayer el ministro del Interior, Antonio Ibáñez Freire; el director de la Policía, José Sainz, y el gobernador civil, señor Rosón.
El señor Ibáñez Freire dijo que «se sospecha de que grupo se trata, pero no podemos dar ninguna impresión sobre la identidad de los autores». Respecto a si podía tratarse de una respuesta de los GRAPO, tras las medidas tomadas los últimos días, respondió que «el posible grupo podría dar respuesta, porque ya lo había hecho en dos ocasiones desde que salieron esas normas, pero la respuesta la daremos nosotros». Y añadió que la detención de estos grupos «es más problema de investigación que de refuerzos de efectivos policiales».
A primera hora de la noche, Efe señaló que el médico forense había realizado la autopsia del cadáver.
La capilla ardiente se ha instalado en la Academia Especial de la Policía Nacional, en Canillas.
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