_
_
_
_

Un ascensión irresistible

La señora Veil apenas era conocida por sus conciudadanos en 1974, cuando Giscard la hizo ministra de la Salud. Pero pocos meses después, los sondeos de popularidad la colocaron en el primer puesto entre todas las personalidades políticas del país, y ya nunca abandonó este maillot amarillo que, sin duda, influyó para que esta «giscardiana en cuerpo y alma» se convirtiera en la preferida del presidente francés para desbrozarle el camino de su dimensión reformista. La señora Veil, «lúcida, rigurosa, auténtica y entera», según sus panegiristas, pasará a la historia de la Francia moderna por haber apadrinado la liberación de la contracepción y, sobre todo, por la llamada «ley Veil», que, va a hacer cinco años autorizó el aborto en Francia.Simone Veil, una mujer menuda, de 52 años, ojos verdes, francesa de Niza y ministra de la Salud hasta el pasado día 4, es abogada, madre de familia y reputada jurista.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_