El precio de la gasolina

No me considero un Abril Martorell de la economía, ni estoy tampoco en contra del aumento del precio de la gasolina, a pesar de disponer de un utilitario, porque entiendo que ello es como un impuesto, en cierto modo directo, que grava en cuanto al transporte privado a aquellos que disfrutamos de vehículo y no a los sufridos peatones, por lo menos, repito, que de forma directa.Pero lo que no me explico, y me atrevo a preguntar, es qué razones arguyen los economistas gubernamentales para fundamentar la subida del día 4 en el anuncio de aumento decretado por la OPEP cuatro o cinco días antes.

¿Es acaso que los stocks de petróleo de las gasolineras estaban pagados con el nuevo precio, que pueda justificar ya el cobro del aumento a los usuarios? ¿No es más lógico y honesto que el nuevo precio sea aplicado a los futuros suministros que se reciban, y no a los stocks que la CAMPSA y demás empresas tienen ya adquiridos y pagados a un precio inferior? Me recuerda el sistema y la picaresca tan comentada de ciertos asentadores e intermediarios que retenían la merluza y otros artículos en los frigoríficos, no sacándolos a la venta pública hasta el momento de confirmarse una anunciada subida de precios.

Quizá el asunto tenga una justificación de alta economía abrileña, pero para mí, lego en finanzas, aunque un tanto hamletiano, todo el manejo este me hiede un poco a podrido.