Estreno de "India Song", de Marguerite Duras
La parte más conocida en España de la obra de Marguerite Duras, nacida en Indochina en 1914 y miembro destacado del nouveau roman francés, es la literaria. Pero también ha escrito y dirigido doce largometrajes, el mejor de los cuales es India Song (1974), que ayer se estrenó en Madrid.La relación de Marguerite Duras con el cine se desarrolla a tres niveles diferentes. En primer lugar, varias de sus novelas son llevadas al cine por directores que consiguen resultados literarios en el peor sentido. Son René Clement y Barraque contra le Pacifique (1957), Peter Brooks y Moderato cantabile (1960), Tony Richardson y The Sailor from Gibraltar (1967) y Jules Dassin y Dix heures et demi du soir en étè (1968). Después escribe los textos que sirven de base a Hiroshima, mon amour (1959), de Alain Resnais, y Une aussi longue absence (1960), de Henri Colpi, cuyos resultados también son literarios, aunque en la forma más positiva en el caso de Resnais. Y por último, en la medida en que desde 1966, en que con la ayuda de Paul Seban dirige La música, regularmente comienza a convertir en películas su producción literaria, en principio autónoma, pero que cada vez más adquiere su verdadera razón de ser cuando se convierten en cine.
India Song es un texto, publicado en castellano por la Editorial Fontanara, escrito a petición de Peter Hall, director del National Theatre de Londres. Podría definirse como «obra teatral de vanguardia», y está integrado por unas voces, propias y ajenas a la historia, que hablan, sobre el fondo de una mínima acción indirectamente relacionada con lo que dicen, de una lejana e imprecisa historia de amor. Se juega con unos elementos artificiales para crear un ambiente falsamente exótico, con continuas referencias a una pieza musical, India Song, imprescindible para crear el ambiente requerido, y, como se señala en la citada edición, «todas las referencias a la geografia física, humana y política son falsas».
A las últimas novelas de Marguerite Duras, desde Detruir ditelle hasta La femme du Gange, les falta algo para crear el ambiente necesario que dé vida a la tenue anécdota que encierran; pero en India Song esta falta llega hasta sus últimos extremos. Como texto literario, India Song es mucho menos que una obra de teatro: es un peculiar guión cinematográfico difícilmente tangible.
Esta atmósfera falsamente exótica de una inexistente embajada de Francia en Calcuta, donde se recrean los amores de Ana María Stretter, ha sido creada a la perfección por Marguerite Duras en su película India Song, valiéndose de unos medios limitados, gracias a su habilidad para crear imágenes expresivas, cuya lentitud y repetición engranan muy bien con la intangibilidad del texto preexistente. En India Song, como en las películas norteamericanas de los años cuarenta y cincuenta, todo es mentira, pero tiene una coherencia interna que hace que el mundo que crean sea tan real como el que burdamente tratan de suplantar.
Babelia
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