Sobre el Jardín Botánico

En su prestigioso diario apareció una información acerca del deterioro del Jardín Botánico de Madrid. En ella, el periodista copia una frase del actual director de dicho centro, señor Rivas Martínez, «echando» a Franco las culpas del deterioro. Como antiguo director del Jardín deseo puntualizar lo siguiente:El señor Rivas Martínez no se ajusta a la verdad cuando indica que mantuvo una actitud de rebeldía contra obras como la del Museo de Goya en el interior del Jardín.

Lo cierto es que, en la primera reunión del Patronato Mixto Museo-Jardín Botánico (creado a propuesta del señor Martínez Esteruelas, entonces ministro de Educación y Ciencia, y firmado por Su Majestad el Rey, por la grave enfermedad de Franco), reunión celebrada bajo la presidencia del ministro, ningún miembro del Patronato dijo nada en contra; incluso el secretario general del consejo, señor Carpena Artés, no abrió la boca en contra de la idea, todos callaron mansamente. El único que con todo respeto dijo al ministro lo que le parecía el proyecto fui yo como director del Jardín. Ante la dictatorial contestación del señor Esteruelas, al día siguiente le presentaba mi dimisión como director.

Para sucederme fue nombrado el señor Rivas Martínez, hijo del director del Instituto del que de pendía el Jardín. Este señor, hasta años después, no protestó de la in vasión del Jardín por el museo, aunque conocía perfectamente la idea, pues ya estaba publicado el decreto y, además, en el Jardín había una copia con las líneas generales del anteproyecto de obras, que, como es lógico, el arquitecto había enviado amablemente.

Es curioso que el señor Rivas Martínez le eche la culpa a un sistema que creó un organismo para la investigación botánica: el Instituto A. J. Cavanilles, en el que el señor Rivas Goday (padre) era el director; el señor Rivas Martínez (hijo) era director del Jardín; la esposa de éste, investigadora en el mismo, y un primo, colaborador de investigación.

No tratamos de evitar a Franco su responsabilidad histórica, como la de todos los políticos, pero la responsabilidad de lo ocurrido en el Jardín es del Instituto Cavanilles, por una parte, y del Patronato Alonso de Herrera, por otra. El primer centro, porque dedicaba la mayor parte de sus atenciones a la sección de la facultad de Farmacia, en la que el señor Rivas Goday era catedrático, «olvidándo»se» del Jardín. Y el Patronato A. de Herrera porque gastaba la mayor parte del presupuesto en el gran Instituto de Edafología, mientras el Jardín y el Museo de Ciencias Naturales apenas disponían de medios y personal.

Pero no gasto más tinta en comentar el triste sino del Jardín Botánico de Madrid bajo el Instituto Cavanilles. Sólo diré a los amigos de Adelplia: «Con Franco se podía dimitir.»