El estado del diputado es "gravísimo", con esperanzas de recuperación
El diputado centrista Gabriel Cisneros se recuperaba esta madrugada de la herida recibida en el atentado ocurrido a las once menos cinco de la noche de ayer a la puerta de su domicilio, y, aunque su estado ha sido calificado de gravísimo, los médicos que le sometieron a una operación quirúrgica de cerca de dos horas y media de duración estiman que ha comenzado a superar el intenso shock traumático que sufre.El parte médico facilitado a las dos y diez de la madrugada dice textualmente: «A las 23 horas del día 3 de julio ingresó en el servicio de urgencia de esta ciudad sanitaria provincial Gabriel Cisneros Laborda, que presentaba herida por arma de fuego con orificio de entrada en región inguinal derecha y orificio de salida en región lumbar izquierda. En el momento de su ingreso, el herido se encontraba en un gravísimo cuadro de shock traumático. Sometido a medidas de reanimación inmediata, con respuesta favorable, permitió una laparotomia exploradora, confirmándose en el trancurso de la misma varias perforaciones del intentino delgado y grueso que obligaron a resección amplia intestinal y sutura de las restantes perforaciones y desgarros de mesos. En la revisión completa de la cavidad abdominal se apreció hematoma retroperineal de mediana intensidad. Pronóstico gravísimo. Pasó al servicio de reanimación.»
Las primeras noticias sobre la gravedad del señor Cisneros indicaban que su estado era desesperado. No se tuvo información alguna del estado del herido hasta la una y cuarto de la madrugada, en que el ministro de la Presidencia, José Pedro Pérez-Llorca, abandonó la zona reservada de la clínica y, con semblante sereno, anunció: «Va bien, va bien». Poco después, el director de la clínica, doctor García de la Fuente, manifestó a los periodistas que la bala no había interesado ningún órgano vital y que el herido estaba superando el shock.
La primera personalidad en acudir al centro hospitalario fue el gobernador civil de Madrid, Juan José Rosón, quien declinó hacer ninguna declaración respecto a la posible identidad de los autores del atentado. Poco después llegó al Francisco Franco el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, quien permaneció allí hasta pásadas las dos de la madrugada. El señor Suárez comentó con varias persohas el valor y la inteligencia de Gabriel Cisneros, quien al darse cuenta de que iba a ser objeto de una agresión se tiró al suelo y consiguió esquivar así otras balas.
Entre los miembros del Gobierno que se desplazaron a lo largo de la madrugada a la clínica para interesarse por el estado del diputado centrista, se encontraban los vicepresidentes primero y segundo, Manuel Gutiérrez Mellado y Fernando Abril, respectivamente, y los ministros señores Ibáñez Freire (Interior), Rodríguez Sahagún (Defensa), Pérez Llorca (Presidencia), Arias Salgado (Relaciones con las Cortes), Calvo Sotelo (Relaciones con las Comunidades Europeas) Calvo Ortega (Trabajo) y Sánchez Terán (Transportes).
El señor Ibáñez Freire, que mostraba un semblante muy severo, manifestó, al ser abordado por los periodistas, que era todavía muy temprano para tener datos sobre el atentado.
Además de los miembros del Gobierno señalados, desde los primeros momentos comenzaron a llegar a la ciudad sanitaria numerosos diputados, miembros del mismo grupo que el señor Cisneros y de otras formaciones políticas. Entre los parlamentarios presentes se encontraban los centristas Oscar Alzaga, Emilio Attard, Manuel Núñez, Antonio Jiménez Blanco y Carmela García Moreno. Felipe González, presidente del Grupo parlamentario Socialista, que permaneció en la clínica hasta las dos y diez de la madrugada, manifestó: «Esto supone un atentado por parte de los grupos terroristas contra el desarrollo pacífico de la democracia y en concreto contra el desarrollo constitucional.»
Otro parlamentario comentó en voz alta: «Esto es una hecatombe, estamos ya en todas las listas». Además del diputado socialista señor González, acudieron también a la clínica sus compañeros Enrique Múgica y Javier Solana, así como el alcalde socialista de Madrid, Enrique Tierno Galván.
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