Once terremotos en Granada desde el pasado 20 de marzo
Once terremotos han sido registrados en Granada desde el pasado día 20 de marzo. Cinco de estos movimientos sísmicos han tenido lugar en el mes de junio. El último de ellos, un leve temblor, de intensidad comprendida entre los tres y cuatro grados, en la escala Mercalli, se produjo a las 17.12 de la tarde del miércoles, en la provincia de Granada. El temblor fue leve y muy superficial, por lo que pocas personas llegaron a sentirlo. En las inmediaciones de la localidad de Armilla, sin embargo, el movimiento se sintió bastante, así como en las barriadas de la capital éercanas a este pueblo, donde, por el momento, se supone que está localizado el epicentro.
Julio Mescua Rodríguez, jefe de sección de sismología, y Alfonso López Arroyo, jefe del servicio de geofísica del Instituto Geográfico Nacional, declararon a EL PAIS que es bueno que haya terremotos pequeños y continuos como.los que se están produciendo últimamente en Andalucía. Un terremoto es, más o menos, la liberación de una energía que se va acumulando en una determinada zona. Esa energía se puede liberar de manera suave y constante, o de manera violenta y poco frecuente. Por tanto, dentro de lo que cabe, es positivo que se produzcan muchos y pequeños seísmos, como es el caso de Granada.No hay que preocuparse tanto de la predicción, es decir, de cuándo se va a producir un terremoto, como de la prevención. Y esta prevención está, principalmente, en construir bien los edificios. No se puede evitar que haya un terremoto, pero sí el que los daños sean los menos posibles. Los movimientos sísmicos han puesto a veces en evidencia muchos defectos en los proyectos o en la construcción de casas.
En España, en especial, las zonas sísmicas vienen a coincidir con las zonas alpinas, donde la geografía es más abrupta, pero, más que la geografía, lo que influye en que una zona sea más o menos sísmica es su geología.
En el terremoto de Friuli, en Italia, que tiene características similares a la zona de Andalucía oriental, se comprobó que de haberse respetado las normas sismorresistentes en los edificios, los daños habrían sido el 75% menos. Es importante que éstas se respeten al máximo, sobre todo en los edificios vitales (Gobierno Civil, parque de bomberos, hospitales, etcétera).
En el Colegio de Arquitectos de Andalucía oriental, cuyo decano es Luis Felipe Aparicio, declararon que sobre normas mínimas de resistencia que se exigen en construcción civil «todo está en relación con la carga, la sobrecarga y el uso del edificio. También se considera la zona geográfica y si se encuentra en una zona sísmica o no». Estas normas son de obligada aplicación en los cascos urbanos de las zonas españolas cuyo grado de intensidad sísmica es superior a ocho. Poblaciones de este tipo son Granada, Motril, Elche, Murcia, Priego de Córdoba y Jaca (Huesca). Por tanto, los edificios se diseñan bajo la hipótesis de que el terremoto será, como máximo, de grado nueve.
En Granada no hay ningún organismo que controle la aplicación de dicha norma sismorresistente en el ediflicio terminado, a pesar de que es en esta capital de obligado cumplimiento, por lo que todo depende de la responsabilidad del profesional.
Eduardo Chalud, secretario general del Gobierno Civil, declaró a EL PAIS que el plan provincial de emergencia en Granada se reelaboró hace siete meses, y ha sido puesto al día en las jornadas de los últimos terremotos,
El plan no se refiere, lógicamente, sólo a un caso de temblor de tierra, sino de cualquier otra contingencia que pudiera presentarse a escala provincial. No es un plan que pueda descender hasta los más mínimos detalles, sino un plan general orgánico que se pondría inmediatamente en marcha, si hiciera falta, en cualquier momento. Como quiera que no se pueden predecir los terremotos, salvo en contadas excepciones, este plan se va actualizando periódicamente para estar preparado en cualquier momento.
Los consejos a la población civil en caso de catástrofe son los de serenidad y tranquilidad, para poder controlar la emergencia. El pánico y la irreflexión colectiva pueden hacer más daño que el propio terremoto.
El plan consiste, en líneas generales, en tener dispuestos una serie de equipamientos asistenciales como equipos médicos, ambulancías, albergues, camas, medios de comunicación, medicamentos, centros hospitalarios, funciones de la Administración, de protección civil, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
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