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La reforma sanitaria evitará los monopolios farmaceúticos

El Consejo de Ministros de ayer acordó enviar a las Cortes el texto de proyecto de ley de reforma sanitaria elaborado por el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social. Esta reforma contempla, como puntos principales, la reestructuración de la medicina en tres niveles asistencíales, la elección libre de médico dentro del área territorial correspondiente, potenciación del médico de familia y constitución de unidades de medicina familiar, incorporación de la medicina preventiva y comunitaria a la tradicional, de tipo curativo, la consideración de la asistencia psiquiátrica como fundamentalmente extra hospitalaria, la atención es'pecial a la medicina escolar y la descentralización territorial, así corno la creación de un instituto nacional de la salud y la confección de un código nacional de medicamentos.Uno de los puntos más conflíctivos de la reforma, que, según fuentes del Ministerio de Sanidad, está en el trasfondo de las protestas realizadas por los colegios de farmacéutícos y Consejo General de Colegios Farmacéuticos, es el que hace referencia al terreno de éstos. «En la producción de medicamentos», dicen las líneas generales de la reforma, «se tenderá a la reducción del excesivo número actual de laboratorios, evitando monopolios, vigilando la introdución de firmas extranjeras y potenciando la plantilla técnica.» «Habrá una actuafización», dice también el documento, «de la política de registro de medicamentos, con revisiones periódicas de precios y especialidades y contención de los gastos de promoción del medicamento. Se estudiará y normalizará la distribución de los medicamentos y las oficinas de farmacia. Se incrementará la importancia y funciones de la farmacia hospitalaria. En la prescripción del medicamento se tomarán medidas para reducir las prescripciones excesivas y no fundamentadas terapéutica mente. »

El pleno del Consejo General de Colegio Farmacéuticos calificó hace unos días esta reforma de «precipitada» y «peligro para la salud pública», y se quejaba de que el proyecto hubiera sido elaborado a puerta cerrada, pese a que el ministro había recabado la colaboración de las corporaciones sanitarias, «para hacer luego caso omiso de todas las sugerencias planteadas». Los farmacéuticos consideran esta reforma «como un desabrido e innecesario desafío político a todas las profesiones técnico-sanitarias del país» y han convocado a todos los colegios farmacéuticolffle España y a los decanos de las facultades de Farmacia para el próximo 3 de julio, «con el Fin de estudiar rtiedídas urgentes encaminadas a afrontar esta desafiante desatención del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social, que, de mantenerse, no deja salida alguna a la profesión farmacéutica».

El ministro de Sanidad señor Rovira, contestaba poco después a esta nota diciendo que pensaba cumplir su promesa de pedir colaboración a médicos, farmacéuticos, veterinarios, odontólogos y ATS, entre otros, y añadía: «Precisamente en el día de hoy», se refería al pasado día 27 «he firmado la convocatoria de los consejos generales, de los consejeros de Sanidad, del Instituto Nacional de la Salud, para que puedan recibir en los primeros días de la próxima semana este documento y pedirles esta colaboración.» El documento será remitido a los afectados después de haber sido aprobado por el Consejo de Ministros.

La introducción de la reforma sanitaria reconoce que el desarrollo hospitalario «ha sido irregular y, en ocasiones, anárquico, no respondiendo, a veces, a necesidades hospitalarias reales. Ha habido duplicación de servicios enormemente costosos en hospitales de una misma ciudad, las plantillas de muchos hospitales están hipertrofiadas, y han una excesiva prescripción de medicamentos, no justificados por un diagnóstico».

La asistencia sanitaria se ordenará en tres niveles: a) asistenciaprimaria, correspondiente a la medicína de familia, con la constitucíón de unidades de medicina familiar, formadas por tres o cuatro médicos generales o de familia, asociados con uno o dos pediatras, que asistirán a un colectivo de 5.000 a 6.000 habitantes. En las áreas rurales, el grupo médico podrá realizar un trabajo asistencial en cooperación y apoyándose en un centro de salud rural. b) asistencia de segundo nivel, realizada en los centros médico-sanitarios o centros de salud, «base de la nueva ordenación asistencial», con asistencia especializada realizada por médicos especialistas que trabajan en el centro coordinadamente en horarios continuados de mañana y tarde; servicios de urgencia médico-quirúrgica; unidades médico-sociales monográficas para temas como la hipertensión, diabetes o higiene mental; servicios de medicina preventiva y funciones docentes y de investigación. El centro «invitará a la participación voluntaria de miembros de la comunidad para el desarrollo de su gestión». c) Asistencia terciaria en hospitales, a los que «sólo deben llegar los enfermos cuyo problema asistencial no haya podido ser resuelto en los niveles anteriores».

Con respecto a la asistencia psiquiátrica, que «debe ser fundamentalmente extrahospitalaria», el médico de familia «debe cooperar con el psiquiatra para el tratamiento de situaciones de desajuste psíquico-socíal».

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En los centros médico-sanitarios habrá «servicios de orientación familiar, con información sobre consejo genético y sistemas reguladores de la concepción», y una atención especial a los cuidados geriátricos.

El Instituto Nacional de la Salud será el «órgano ejecutivo fundamental de la normativa del Estado para la asistencia médica y sanitaria y para la promoción de la salud » y «el órgano de administración y gestión de las prestaciones sanitarias de la Seguridad Social ».

La reforma se basará en el principio de descentralización territorial, para lo que se divide el mapa sanitario nacional de la siguiente forma: región sanitaria, que comprende un millón o millón y medio de habitantes; comarca sanitaria, denominada sector sanitario en el medio urbano, que tendrá de 100.000 a 125.000 habitantes; subcomarca sanitaria, llamada distrito en el medio urbano, de 25.000 a 30.000 habitantes, y unidad sanitaria local, formada por un colectivo de 5.000 a 6.000 habitantes.

La reforma se establecerá de forma progresiva, sin lesionar intereses, por lo que durante un tiempo coexistirán las nuevas instituciones con las antiguas. Su financiación se hará en el marco de los actuales presupuestos para los servicios de salud, y se confía en «una redistribución y mejor utilización de los recursos actuales».

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