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La "cumbre" de los siete ricos asumió compromisos para limitar las importaciones de petróleo

ENVIADO ESPECIAL, Limitar las importaciones de petróleo, desarrollar la energía nuclear, advertir a las multinacionales del petróleo de un posible control de precios, quejarse por el último aumento del precio de los crudos fijado por los países de la OPEP y recordar que serán los países en vías de desarrollo no productores de petróleo los que sufrirán mayores consecuencias, son los principales puntos del comunicado final de la «cumbre» económica occidental de Tokio, clausurada ayer.

Los tres grupos, participantes en la reunión (europeo, norteamericano y japonés), lograron incluir en el comunicado unos porcentajes de limitación de importaciones de petróleo, bastante libres de interpretaciones. Si se respetan será un éxito, y un argumento de peso para reforzar a la fracción «moderada» de los países productores de petróleo (Arabia Saudita), que achaca la subida del precio a la falta de ahorro por parte de los países consumidores. Los países del Mercado Común celebrarán hoy en Londres un primer encuentro directo con los representantes de la OPEP para mostrar las buenas intenciones definidas en Tokio, sobre todo por parte europea.Durante la conferencia final, celebrada en los locales del Hotel New Otani, los «siete» se limitaron a una serie de comentarios, todos ellos casi optimistas, por los resultados obtenidos. Cuando se reunieron, posteriormente, con sus respectivos periodistas nacionales, en conferencias de prensa, las opiniones fueron más matizadas y las interpretaciones para todos los gustos. USA y Japón no querían un compromiso de limitación de importaciones de petróleo más allá de dos años. Lo consiguieron. Los cuatro países del Mercado Común, representado además como tal institución gracias a la presencia del presidente de la Comisión Europea, Roy Jenkins, mantuvieron sus propósitos definidos la semana pasada en Estrasburgo. La coordinación completa en el comunicado final, se encuentra cuando se trata de reconocer la evidencia de que la crisis energética penaliza el crecimiento económico, estimula la inflación y genera paro. Tres problemas que, con diferentes porcentajes, viven hoy todas las economías de los países industrializados.

Las decisiones de reducción de importación de petróleo decididas en Tokio, serán objeto de revisiones periódicas, en función de las situaciones particulares de cada país pero de manera coordenada en los foros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), y la AlE (Agencia Internacional de la Energía), organismo que, desde hace un año, preconiza ya un ahorro energético anual del orden del 5% para todos los Estados miembros, entre los que figura España. «Pedimos con insistencia a los demás países industrializados que se fijen objetivos análogos de ahorro de petróleo», cita el comunicado final. «Un día esta conferencia de Tokio será considerada, quizá como histórica», declaró Carter. Depende de que se cumplan los elementos de limitación y control de precios en el sector del petróleo y, en el nuclear, se continúe, con todas sus posibles consecuencias, el proceso de dar mayor importancia al átomo como una de las principales fuentes energéticas del próximo siglo.

Principales puntos del acuerdo

Los principales puntos de la resolución de la «cumbre» de Tokio, después de recordar que la anterior en Bonn, julio de 1977, contribuyó a mejorar la coyuntura mundial avanzada de nuevo por la segunda crisis del petróleo surgida a primeros del año en curso, son los capítulos siguientes.- Limitación de importaciones de petróleo: La Comunidad Económica Europea decide limitar, en 1979, su consumo de petróleo a quinientos millones de toneladas (diez millones de barriles por día) y mantener sus importaciones entre 1980-1985 a un nivel lo más parecido posible al de 1978 (Quedan por cifrar porcentajes por país, imposibles de realizar en Tokio por la ausencia obligada de los «cinco» pequeños de la CEE: Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Irlanda y Dinamarca).

- Estados Unidos se fija como objetivo un nivel de importaciones en 1985 que no debería superar el nivel de 1977, ni los objetivos ajustados para 1979, de unos 8,5 millones de barriles diarios. (Estados Unidos impone como año base para el cálculo de límite de importaciones 1977, uno de los de más elevada importación de petróleo de la historia de Estados Unidos. En la anterior «cumbre» de Bonn, hace un año, Carter prometió ya reducir las importaciones).

- Japón adopta como objetivo para 1985 un nivel que debería situarse entre 6,3 y 6,9 millones de barriles diarios, pero reexaminará periódicamente este objetivo y hará todo lo posible para disminuir las importaciones de petróleo. (Japón importó cinco millones de barriles de petróleo diarios en 1978 y no esperar reducir, sino aumentar, sus importaciones de crudos.)

- Canadá prevé una reducción de consumo de petróleo del 1% con unas importaciones del orden de los 50.000 barriles diarios. (Las importantes reservas en petróleo y otras fuentes de energía de Canadá le permiten una posición muy holgada).

Los tres últimos países, USA, Japón y Canadá, se comprometen, a corto plazo, 1980, a respetar sus compromisos adquiridos en la AlE.

«Trataremos en la medida de lo posible exigir, en el momento de la descarga de petróleo bruto, documentos indicando el precio de compra certificado por los países productores. Intentaremos conseguir una mejor información sobre los niveles de beneficios de las compañías petroleras y de la utilización de sus disponibilidades financieras», dice el comunicado final. El precio oficial del petróleo era de 14,5 dólares-barril durante los últimos meses, y su cotización en el «mercado libre» alcanzó los 35 dólares-barril. No es ningún secreto que ciertas compañías norteamericanas y europeas han realizado beneficios superiores al 200% en el primer trimestre del año en curso, en comparación con idéntico período del año 1978.

Carbón y nuclear, alternativa al petróleo

«Aumentar la producción de carbón. Sustituir la utilización del petróleo por carbón en las centrales térmicas. Sin aumento de la capacidad de producción electro-nuclear en los próximos decenios será difícil de garantizar el crecimiento económico y el más alto nivel de empleo». Estas recomendaciones completan la parte energética de la «cumbre» de Tokio, que no olvida su propósito de investigación de otras fuentes energéticas alternativas. Las últimas negociaciones comerciales multilaterales del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio), la creación del SME (Sistema Monetario Europeo), la injustificada política de aumento del precio del petróleo por parte de la OPEP y la necesidad de reaviviar el «diálogo norte-sur» entre países industrializados, y los países en vías de desarrollo, son los últimos capítulos del comunicado oficial.

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