Condenas benignas a espías en la RFA
La célula de espías más importante de las localizadas en la República Federal de Alemania desde el final de la segunda guerra mundial ha salido relativamente airosa del largo proceso a que ha sido sometida durante más de un año. Los matrimonios Wiegel, Gerstner y Lutze han sido condenados en Düsseldorf a un total de treinta años y dos meses de cárcel.Según los sectores menos abiertos a una mejoría en el clima interalemán, cada uno de ellos hubiera tenido que permanecer en la cárcel el resto de su vida. Por un extraño azar, los promotores de la célula, Frank y Christine Gerstner, espías por convicción y no por coyuntura, han resultado favorecidos, dentro de lo que cabe, con una condena menor que Reante y Lothar Lutze, aunque Jüergen Wiegel y su ya ex esposa, Ursula, sean los menos perjudicados por la sentencia de los tribunales federales. Dado que la prisión preventiva de todos ellos se remonta a tres años, más o menos, Ursula queda en libertad, su ex marido concluirá la condena en enero y los Gerstner abandonarán la prisión dentro de cuatro años.
La «traición nacional», según terminología al, uso, quedó al descubierto en 1976, provocando un reajuste ministerial que alcanzaría más adelante al propio ministro de Defensa, George Leber, dimitido a finales de marzo de 1978. A diferencia del «caso Guillaume», esta vez el agente condenado a la pena máxima dictada en Düsseldorf deberá cumplir una sentencia inferior a un año, a la que correspondió antaño la espía que controló a Willy Brandt cuando éste era aún canciller. En total, el sexteto juzgado ahora transfirió a la República Democrática Alemana un lote de por lo menos 1.150 documentos, que Reante tomaba del Ministerio de Defensa, su marido Lothar fotocopiaba y los Wiegel se encargaban de enviar a Berlín oriental.
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