El Naranjito y punto final
Me refiero a la tempestad que se ha levantado sobre el asunto de la mascota para los próximos mundialbs de fútbol. En el diario EL PAIS de fecha 2 de junio, Juan Benet clama contra el inocente Naranjito colocándole como «enemigo público número uno», y sugiere que sea suprimido, aniquilado y enterrado... De no cumplirse este deseo, el señor Benet amenaza con hacerse revolucionario y echarse al monte. Termina con una frase de amenaza bíblica: si no suprimimos a tiempo a El Naranjito vamos de cabeza a otra guerra. La guinda la pone Rosa Montero en un artículo(Pasa apágina 10) (Viene de página 9)
que no tiene desperdicio: ha descubierto que El Naranjito es un enano franquista infiltrado, engendro de una mente distorsionada por el subdesarrollo cultural de nuestra juventud. Incluso la sonrisa de la mascota le parece irritante, y esto me preocupa ¿Por qué despierta irritabilidad una simple e inocente sonrisa?... Creo que la respuesta la podemos encontrar leyendo las noticias de cada día en los periódicos o con salir simplemente a la calle y mirar a la gente: en efecto, el sonreír no está precisamente de moda hoy día, por eso irrita y crispa... de puro no practicarlo. Considero de muy poca categoría el ensañarse con un muchacho que se ha limitado a presentar a concurso un dibujo que luego ha sido elegido por un jurado. Si hay que poner verde a alguien, que se metan contra el jurado que eligió el dibujo y no contra el autor.
En mi opinión, considero a El Naranjito una excelente mascota, y lo de «suave, dulce y agradable », o prefiero a lo de áspero, amargo y repulsivo... Claro que otro gallo hubiera cantado en el artículo de la señora Rosa Montero si las naranjas fueran de color rojo.
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