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Reportaje:Las relaciones hispano-marroquíes, en su peor momento / y 2

Grandes posibilidades de cooperación económica

La visita de tos Reyes de España a Marruecos el próximo día 14 actualiza una vez más, y a pesar de las dificultades políticas del momento, las posibilidades de cooperación económica con un país para el cual España se ha convertido en poco tiempo en el segundo suministrador y que recibe el 16% del comercio exterior español.Los intercambios comerciales entre España y Marruecos conocieron un auge considerable a partir de 1975, cuando la firma de los acuerdos de Madrid.

Situado en un área de expansión natural para España, con un transporte reducido por la cercanía, que al mismo tiempo facilita la rapidez de los intercambios, Marruecos compró en 1978 mercancías por un valor total de 351 millones de dólares, casi cinco veces el importe de las exportaciones de 1974, que se redujeron a 75 millones de dólares.

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Dentro del marco del acuerdo de cooperación económica entre España y Marruecos del 13 de mayo de 1971, que suprimió el sistema de clearing, a cambio de otro de libre convertibilidad de pagos, España exporta a Marruecos productos siderúrgicos, grasas vegetales, cemento, maquinaria y equipo para el transporte.

Un capítulo de excepcional importancia en la cooperación hispano-marroquí, por las implicaciones políticas que ha adquirido, es la pesca. En virtud del acuerdo del 17 de febrero de 1977, ratificado por las Cortes españolas en febrero de 1978 y aún sin ratificar por el Parlamento marroquí, España concedía a Marruecos un crédito de 3.525 millones de pesetas, destinado al mejoramiento de la infraestructura portuaria, la industria de pesca y la formación de técnicos en este ramo.

Las grandes posibilidades de cooperación económica entre Madrid y Rabat no guardan proporción con el esfuerzo que realiza España en la promoción de las relaciones entre ambos países. El presupuesto aproximado de trescientos millones de pesetas que destina el Ministerio de Educación y Ciencia anualmente para financiar una media docena de centros de EGB, tres institutos politécnicos y otras actividades culturales, a pesar de ser el mayor y contar con la infraestructura más importante creada por el Estado español en el extranjero, resulta, sin embargo, irrisorio e insignificante comparado con el de Francia. Por ello, la difusión de la lengua española en el país, a pesar de lo que hacen los centros culturales de Rabat, Fez, Casablanca y Tánger, se pierde paulatinamente en Marruecos, en beneficio del francés.

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