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PAIS VASCO

El decreto de incompatibilidades afecta al presidente del CGV

Por unanimidad, los miembros del nuevo Consejo General Vasco constituido ayer por la mañana en Guernica, eligieron a Carlos Garaicoetxea como presidente del organismo preautonómico. La alegría del PNV se convertiría en indignación cuando minutos después de concluir la toma de posesión se conoció la publicación en el BOE de un real decreto por el que, a partir de ayer mismo, son incompatibles los cargos de presidente del CGV y miembro del Parlamento Foral de Navarra.

El acto se inició pasadas las once de la mañana con la lectura de nombramientos de los dieciocho consejeros del CGV. Posteriormente, se procedió a la elección de entre ellos de un presidente. Carlos Garaicoetxea, candidato único, dada la mayoría que el PNV ostenta en el organismo, resultó unánimemente elegido con diecisiete votos a favor y uno en blanco, que él mismo depositó.Ramón Rubial, el presidente saliente, se dirigió a continuación a los asistentes: «Hemos intentado, a base de imaginación y coraje», dijo, «lograr que la estructura del Consejo tuviese un peso político real. La ausencia del mismo se mezcla con la satisfacción del deber cumplido. Hemos estado diecisiete meses al frente de los destinos de nuestro pueblo. En muchos momentos con dificultades que no han permitido un normal funcionamiento, pero hemos logrado abrir el camino hacia la autonomía. Hemos sido el embrión de autogobierno por el que nuestro pueblo tanto ha luchado a lo largo de su historia.»

Cerró el acto el nuevo presidente, Carlos Garaicoetxea, que en un largo discurso en euskera y castellano trató de resumir el espíritu del nuevo Consejo, que inicia su andadura hacia el autogobierno de Euskadi. Calificó como objetivos urgentes del mismo la restauración de los conciertos económicos, la aplicación generosa del bilingüismo, la creación de una radio y televisión vasca, el progresivo traspaso de competencias en materia de orden público y la búsqueda de una salida a la crisis económica. A este respecto, dijo: «La ayuda en el relanzamiento de nuestra economía, de nuestra industria, de nuestras relaciones comerciales, puede contribuir poderosamente a paliar algunas condiciones objetivas existentes en Euskadi, como el desempleo juvenil, que alimentan la crispación y la radicalización política que a todos nos preocupa. Por el contrario, el mantenimiento de nuestras actuales condiciones políticas no hace sino generar más crisis económica.»

De trampa rastrera, gesto sucio, maniobra baja y pataleta del Gobierno fue calificada por los representantes de los partidos que integran el Consejo General Vasco -entre los que la indignación era palpable- la publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado de un decreto aprobado el viernes por el Consejo de Ministros por el que se establece que la condición de miembro o presidente del órgano de Gobierno de cualquier ente preautonómico es incompatible con la de miembro del órgano de gobierno de otro ente de la misma condición y con la de miembro de cualquier órgano foral, provincial o local perteneciente a una provincia o territorio que no estén integrados en dicho ente preautonómico.

Carlos Garaicoetxea, que ostenta, además de la presidencia del CGV, el cargo de miembro del Parlamento Foral Navarro, se ve muy directamente afectado por el citado decreto, que precisa que la persona afectada por la mencionada incompatibilidad deberá optar por uno de los dos cargos en el plazo de ocho días.

El diputado socialista Txiki Benegas calificó el mismo de «trampa rastrera» del Gobierno contra el señor Garaicoetxea. «Un error tan grave», señaló, «puede enrarecer nuevamente las relaciones entre el PNV y el poder central y dificultar la salida política que para Euskadi significa que los nacionalistas hayan aceptado asumir sus responsabilidades en la solución de los problemas existentes en el territorio vasco.»

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«No tiene ningún sentido que el Gobierno, mediante una norma elaborada a todo correr para ser hecha pública el mismo día de la proclamación del presidente del CGV, trate de entorpecer el acceso de Garaicoetxea a ese cargo y su pertenencia al Parlamento Foral Navarro.»

La noticia de la publicación en el BOE del decreto de incompatibilidades llegó a la Casa de Juntas de Guernica cuando, tras su proclamación como presidente del CGV (con el voto favorable de UCD del País Vasco), Carlos Garaicoetxea leía su discurso de presentación. La incredulidad del propio señor Garaicoetxea y de los representantes del PNV y del resto de las fuerzas que integran el Consejo, se convirtió en indignación cuando conocieron el texto del decreto.

Aún sorprendido por la noticia, Carlos Garaicoetxea no podía ocultar su enfado: «Parece mentira que el Gobierno sea capaz de crear un decreto dirigido contra una persona.» «Me es demasiado cara», dijo más tarde «la condición de navarro y de representante elegido por los navarros para el Parlamento Foral como para abandonar tal condición. Si he de elegir, personalmente soy partidario de continuar como parlamentario foral navarro y dejar la presidencia del CGV. Pero no es sólo una cuestión personal, sino un tema delicado que afecta al propio organismo preautonómico y a mi partido. Tendré que consultarlo con ellos antes de tomar una decisión final.»

Sin embargo, ayer en Guernica, portavoces cualificados del PNV anunciaban que no iba a haber elección entre uno y otro cargo y que Garaicoetxea debía seguir siendo presidente del CGV y parlamentario foral navarro contra viento y marea. Esta opinión la suscribía Iñaki Anasagasti, miembro del órgano ejecutivo del PNV, que afirmó: «Al asumir la responsabilidad de buscar soluciones para el País Vasco y, por tanto, potenciar el CGV, decidimos presentar a Garaicoetxea a la presidencia del organismo con todas las consecuencias. Por tanto, iremos hasta el final. Garaicoetxea debe mantenerse en los dos puestos. Si hay un contencioso tardará tiempo en resolverse.»

Jesús María Viana, portavoz oficial de UCD del País Vasco, era ayer el hombre más buscado por los informadores. Cuando se le comentó la existencia del decreto de incompatibilidades mostró incredulidad: «Les juro que yo no sé nada. Me extrañaría mucho que fuera verdad.» Un periodista le leyó el contenido del decreto; entonces, el señor Viana hizo un gesto de perplejidad y únicamente dijo: «Me voy a Vitoria.»

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