El parque del Capricho puede convertirse en recinto cultural
El Ayuntamiento estudiará en breve los posibles usos que se le pueden dar al parque del Capricho, en la Alameda de Osuna, según manifestó ayer el primer teniente de alcalde, Ramón Tamames, durante la visita a la zona. Este parque, en el que se han realizado trabajos de limpieza desde que pasó al patrimonio municipal, espera aun a que se acometan las obras de restauración de los edificios existentes en las dieciocho hectáreas de terreno, así como la reconstrucción del pequeño palacio que domina la antigua finca de la duquesa de Osuna.De las 150 hectáreas que eran propiedad de esta duquesa, sólo se conserva en la actualidad la parte de jardín y vivienda, dividida en dos zonas de estilo francés e inglés, respectivamente. Hasta convertirse en terreno municipal, la finca tuvo varios dueños y fue declarado jardín histórico- artístico en tiempos de la Segunda República.
Sin embargo, la guerra civil, que convirtió la zona en cuartel del general Miaja -en la visita se incluyó un recorrido por uno de los dos refugios antiaéreos existentes, en óptimas condiciones-, y los últimos usos dados a los jardines y monumentos -que se alquilaban para rodar exteriores de películas-, deterioraron el parque, que llegó en pésimas condiciones a manos del ayuntamiento.
En la actualidad, miles de personas lo visitan los sábados, domingos y festivos, únicos días en los que se abre, y el ayuntamiento, a través de una comisión técnica, continúa la realización de las obras. La presencia masiva de vecinos de la Alameda de Osuna, unido a la escasez de vigilancia, ya que sólo hay cinco guardas, y la falta de presupuesto para continuar los trabajos, fueron los motivos por los que la comisión encargada de la restauración pidió un incremento en la ayuda municipal.
Como respuesta a esta petición, el señor Tamames, en la primera de una serie de visitas que tiene intención de realizar semanalmente, visitó el parque para conocer in situ las necesidades más urgentes. Entre ellos está la de reconstruir la fachada del palacio, que se encuentra en peligro-, el incremento de vigilancia y de personal dedicado al cuidado del parque y el aprovechamiento de los edificios existentes, que ahora, a pesar de estar vallados, son objeto de destrozos por parte de algunos grupos. Asimismo, la comisión técnica formada por ayuntamiento y entidades ciudadanas pidió al señor Tamames que el Ayuntamiento gestione la recuperación de algunas esculturas que se llevaron varios de los antiguos propietarios y que son necesarias para la exacta reconstrucción de todos los monurrientos.
Entre los posibles destinos que se podrían dar a este parque, el señor Tamames, que quiere incluirlo en el Plan de Acción MunicipaI, apuntó la idea de instalar en la zona una escuela de jardinería, al tiempo que los edificios -la sala de baile, la casa de la Vieja, el palacio- podrían servir como museo o escenarios para conciertos de cámara y conferencias. Los jardines y la ría, en la que se podría volver a poner barcas, servirían asimismo de esparcimiento a los madrileños. Esto exigiría la construcción de un aparcamiento y de unos servicios e instalaciones de los que ahora se carece.
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