La Lockheed se declara culpable de sobornos a funcionarios japoneses
La compañía aeronáutica norteamericana Lockheed se declaró ayer culpable ante un tribunal federal de Washington, de haber sobornado a altos funcionarios gubernamentales de Japón para potenciar las ventas de la empresa en ese país, y fue multada con 647.000 dólares (unos cuarenta millones de pesetas).Los abogados de la Lockheed admitieron que, entre 1972 y 1974, la compañía aeronáutica pagó 2.600.000 dólares a políticos japoneses, incluyendo 1.800.000 dólares que fueron a la oficina del entonces primer ministro, Kakuei Tanaka. El objeto de estos sobornos fue conseguir contratos para la venta de aviones comerciales del modelo L-1011 para las líneas aéreas niponas.
La multa impuesta a la compañía aeronáutica obedece a las violaciones legales reconocidas por la misma, que son declaraciones falsas, exportación ilícita de divisas y fraude. Hasta diciembre de 1977 no existía una ley en Norteamérica que penalizara el soborno de funcionarios extranjeros.
La breve comparecencia de los abogados de la Lockheed ante el juez federal John Lewis Smith podría ser el último capítulo del escándalo protagonizado en 1976 por la empresa aeronáutica, que provocó crisis gubernamentales en Italia y Japón y tuvo serias repercusiones en Holanda y otros países, incluido España.
El pasado mes de febrero la Lockheed reconoció haber pagado más de treinta millones de dólares en sobornos a funcionarios gubernamentales de más de quince naciones. La empresa admitió entonces haber hecho un «regalo» de un millón de dólares a un miembro de la familia real holandesa, que según todos los indicios fue el príncipe Bernardo, y admitió asimismo la existencia de pagos ilegales en España a dos oficiales del Ejército del Aire.
Durante los dos años y medio que han durado las investigaciones sobre los sobornos de la Lockheed, la compañía se ha resistido a hacer públicos los nombres de las personas que recibieron pagos ilícitos o «regalos», alegando que perjudicaría no sólo las ventas y la imagen de la empresa, sino también a la política exterior de Estados Unidos.
El escándalo Lockheed fue el principio de una serie de revelaciones sobre esta práctica del soborno como medio de potenciar las ventas o conseguir contratos en el extranjero. Más de cuatrocientas compañías norteamericanas reconocieron haber efectuado pagos ilegales, aunque hasta ahora s cinco de ellas han sido acusados formalmente por las autorida del Departamento de Justicia.
En los cargos leídos el viernes por el juez federal sólo se hizo referencia al dinero pagado por Lockheed a los funcionarios japoneses, sin que se citaran los sobornos realizados en otros países. Aparentemente, esta será la última acción gubernamental contra compañía aeronáutica.
No se presentarán cargos contra el presidente de la Lockheed en el
momento de producirse los sobornos, Carl Kotchian, quien aprobó los mismos. El abogado de Kochian había alegado que el procesamiento de su cliente podría sacar a la luz pública asuntos considerados como secretos, dadas las relaciones de Kotchian con los servicios de espionaje norteamericanos.
Después de reconocerse culpable de los delitos de exportación iegal de divisas, fraude y declaración falsa al Export-Import Bank y de aceptar el pago de la multa puesta por el juez, la compañía aeonáutica hizo público un comunicado en el que indica que los cargos gubernamentales corresponden a acontecimientos ocurridos hace siete años y que la nueva política y la nueva dirección de la Lockheed mpedirán cualquier acción similar.
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