"Las posiciones de fuerza no conducen a nada"
El nuevo gobernador civil de Vizcaya, Fernando Jiménez, todavía titular del mismo cargo en Asturias, manifestó a EL PAÍS su firme deseo de que todas las fuerzas vascas, incluida Herri Batasuna, acepten la negociación del Estatuto de Autonomía como broche de una reconciliación definitiva.
Fernando Jiménez, ex tácito, fue durante once meses gobernador civil de Asturias, donde últimamente había recibido numerosas críticas del presidente del Consejo Regional, el socialista Rafael Fernández, quien le reprochaba dirigir la organización asturiana del partido centrista desde el Gobierno Civil.
El señor Jiménez justificó su actuación poco después de conocer su nuevo nombramiento efectuado por el Consejo de Ministros, en las circunstancias electorales que le tocó vivir en la región y desmintió cualquier injerencia suya en los asuntos internos de UCD. Definió su futuro papel en Vizcaya como el de un hombre discreto dispuesto a representar con dignidad a la Administración del Estado, desde una posición partidista, y servir de cauce a las aspiraciones y planteamientos de los vizcaínos.
En su opinión el futuro del País Vasco se presenta esperanzador por el papel aglutinante y de árbitro de la Corona, que ha tenido históricamente un gran arraigo en Vizcaya. «Estamos además», agregó, «ante unos hechos que nos han revelado que las posiciones de fuerza no conducen a ninguna parte y que es preciso que todos los partidos, sin excepción, que representan a los vascos se dispongan a negociar para encontrar soluciones satisfactorias para todos».
El nuevo gobernador de Vizcaya desmintió haber tenido participación alguna en el reciente nombramiento del anterior jefe superior de policía de Asturias, Carlos Anechina Checa, para el mismo cargo en Bilbao.
