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Suárez reitera a Cyrus Vance que España entrará en la OTAN en el momento preciso

El presidente Suárez expresó ayer al secretario norteamericano de Estado, Cyrus Vance, que ayer llegó a Madrid en visita oficial de menos de veinticuatro horas, la posición favorable del Gobierno español respecto a la eventual integración de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero le reiteró que una decisión política al respecto por parte española no se producirá en un plazo fijo y, en cualquier caso, requerirá previamente un amplio debate nacional.

Aunque la cuestión de la adhesión de España a la OTAN no Figuraba en la agenda del cortísimo viaje de Vance a Madrid, funcionarios norteamericanos que acompañan al secretario de Estado manifestaron a EL PAÍS que sólo el presidente Suárez se refirió voluntariamente al tema, y lo hizo dentro de un contexto específico, reiterando la posición de su Gobierno al respecto.No obstante, el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, que en su reunión privada con Vance por la mañana no trató de este tema, habló implícitamente del mismo en el discurso que pronunció durante la comida que ofreció a su colega norteamericano. Oreja rechazó algunas interpretaciones dadas a este viaje de Vance, pero aseguró, en el mismo contexto, que «España está preparada ya para hacer una contribución (a la seguridad de Europa) cuando llegue el momento».

Los funcionarios norteamericanos presentaron la visita de Vance a Madrid como meramente rutinaria y añadieron que el único objetivo del secretario norteamericano era presidir la sesión semestral del Consejo Hispano-Norteamericano que, en cumplimiento del Tratado de Amistad y Cooperación de 1976, vigente entre los dos países, es de obligada celebración una vez por año en Madrid.

El pasado año, sin embargo, el secretario norteamericano Cyrus Vance, copresidente, junto al ministro español de Asuntos Exteriores, se abstuvo de visitar Madrid, y la sesión de ayer de dicho organismo fue la más corta (una hora) que se ha celebrado desde la creación del mismo en 1976.

Más largas, por el contrario, fueron las entrevistas que el funcionario norteamericano mantuvo con el presidente Suárez (hora y media) y con el ministro español de Exteriores, con quien se entrevistó por espacio de hora y cuarto, y con quien posteriormente almorzó. Las palabras públicas intercambiadas durante esta comida entre Oreja y Vance fueron quizá uno de los aspectos políticos públicos más resaltables de la visita, con excepción de la entrevista en la Moncloa.

En la residencia presidencial, y según funcionarios norteamericanos, el presidente Suárez y Vance intercambiaron opiniones sobre «materias de interés común», tanto en los aspectos internos de la política española («los progresos españoles en el camino hacia la democracia»), como temas de interés regional e internacional.

Respecto a los primeros. la situación en el Magreb fue uno de los cuidadosamente analizados, así como las relaciones españolas con Israel, el uso de las bases españolas dentro de la estrategia defensiva mundial norteamericana y otras cuestiones más genéricas, como las SALT Il y las conversaciones en Viena sobre reducción mutua de fuerzas en Europa (MBFR).

Las bases y el Oriente Próximo

Según fuentes norteamericanas, el tema del uso de las bases españolas de utilización conjunta surgió en las conversaciones de Suárez y Vance y, aunque no se analizó en detalle ningún caso específico, se llegó a un marco de entendimiento respecto al mismo. Este problema, como se recordará, provocó recientemente un incidente diplomático entre Madrid y Washington cuando el Gobierno norteamericano pretendió hacer uso de las facilidades aéreas de la base de Torrejón (lo que finalmente consiguió) para aterrizar y repostar una escuadrilla de aviones F-15 norteamericanos en ruta hacia Arabia Saudita. Al parecer, Washington tan sólo informó al Gobierno español con tres horas de antelación de la llegada de dichos aviones.

Esta cuestión es sujeto de análisis distintos en varias capitales occidentales y el Oriente Próximo ante la eventualidad de una intervención norteamericana en una zona de conflicto, tal como el golfo Pérsico o Israel. Existen ciertas dudas en algunos medios españoles y norteamericanos, y nadie las ha aclarado todavía, sobre si el Tratado de Amistad y Cooperación de 1976 concede a Washington este derecho. Al respecto éste tan sólo menciona la necesidad de «consultas» entre ambas capitales.

La renovación del tratado de 1976

Si del tema de la OTAN tan sólo se habló en la entrevista de la Moncloa, sólo en versión norteamericana «ante el interés de Suárez» (fuentes norteamericanas desmintieron la entrega por Vance a Suárez de un calendario sobre el proceso de la adhesión española a la Alianza Atlántica), una de las cuestiones que surgió fue la necesidad de un pronto planteamiento de la necesidad de iniciar conversaciones respecto a la renovación del Tratado de 1976, que expira en enero de 1981. Al respecto tan sólo se mencionó esta posibilidad sin entrar en detalles, según las mismas fuentes.

Al término de la reunión del consejo hispano-norteamericano, que se celebró por la tarde bajo la presidencia de Vance y Oreja y con la presencia del ministro español de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, se hizo público un largo comunicado, en el que se recogen los temas tratados por el mismo y por sus comités en reuniones previas de estas últimas semanas.

Uno de los aspectos más resaltables de este comunicado es la confirmación de la retirada del escuadrón de los submarinos nucleares norteamericanos estacionados en la base de Rota, retirada que se inició el pasado primero de enero y que estará completada el próximo primero de julio. Asimismo, el comunicado hace mención a una de las cuestiones más sutiles de la relación hispano-norteamericana, al reconocer la satisfacción de los dos países «en los continuos progresos realizados por el Estado Mayor Combinado en sus planes (la palabra de emergencia fue borrada a última hora) para la defensa de España y Estados Unidos en el área geográfica de interés común definida por el Tratado.»

El comunicado hace mención también a las conversaciones de tipo económico y comercial tratadas por los comités del Consejo que, según fuentes informadas, no han llegado a muchos progresos. En tal sentido se tiene constancia de las quejas realizadas por la parte española en cuanto a la imposición de derechos compensatorios por Estados Unidos sobre más de un tercio de la totalidad de las exportaciones españolas al mercado norteamericano.

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