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Tribuna
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Trastomos orgánicos

Que el alcohol provoca cirrosis o que afecta al aparato digestivo es algo que todo el mundo sabe pero, si bien las afecciones fisiológicas del alcoholismo son importantes, no lo son menos sus complicaciones neurológicas. Un inestimable trabajo de los doctores Portera, Alvarez Tejerina y Trueba, presentado en el XIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna, en junio de 1978, nos da un poco de luz sobre el tema.Con referencia a la intoxicación alcohólica, explican los especialistas: « La absorción intestinal de alcohol tiene lugar fundamentalmente en el estómago y en el intestino delgado, desde donde penetra a la sangre. Si en ésta los niveles de alcohol no superan los 200 ing/ 100 cc, los efectos que se observan son los de la embriaguez común: excitación, locuacidad, incoordinación de movimientos e irritabilidad. No obstante, en algunos individuos con el mismo arado de alcohol se observa un brote esquizofrénico agudo: confusión, alucinaciones, trastornos emocionales profundos y, a veces, intento de suicidio. Si los niveles de alcohol ingerido superan los 250 rrig/ 100 cc suele aparecer el estupor, taquicardia, hipotensión e hipotermia y ya, con niveles entre los 300 y 400 ing/ 100 cc puede haber coma, dilatación pupilar bilateral y depresión respiratoria.»

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En cuanto a síndromes de abstinencia, el cuadro que se presenta más comúnmente después de ingerir una cantidad excesiva de alcohol es, según informan los citados doctores, el conocido popularmente por resaca. «Su duración no suele exceder de las veinticuatro horas y se concreta en deshidratación, temblor, cefalea, náusea, anorexia y fatiga. La privación alcohólica puede dar lugar también a convulsiones.

«El cuadro más serio -continúan- es el delirium tremens. Dentro de la abstinencia alcohólica es el de mayor mortandad, pues aún alcanza el 15 %. Suele comenzar de veinticuatro a 48 horas después del cese de la ingesta de alcohol y el cuadro clínico es el de una psicosis aguda con irritabilidad, trastorno del sensorio, insomnio y agitación, alucinaciones aterrorizantes, a menudo convulsiones, fiebre, deshidratación, taquicardia y temblor. Todos los pacientes con deliriums tremens están deshidratados, tienen una alcalosis respiratoria pero, por otro lado, resulta descorazonador saber que los hallazaos anatomopatológicos en los cerebros de pacientes que mueren en tal estado son nulos. »

Se ha observado también en losalcohólicos la aparición de enfermedades nutricionales debidas, fundamentalmente, a un déficit de vitamina B-1 en el organismo. Uno de los cuadros más conocidos, según el trabajo citado, es la encefalopatía de Wernicke-Korsakoff. Las lesiones macroscópicas encontradas con mayor frecuencia son: anomalías de los cuerpos mamilares, atrofia de las circunvoluciones cerebrales, agrandamiento ventricular, anomalías alrededor del tercer ventrículo, atrofia del vernis alteraciones de la sustancia risperiacueductal. Microscópicamente, las lesiones se caracterizan por su distribución simétrica y afectan sistemáticamente porciones del tálamo, hipotálamo, mesencéfalo, puente, médula oblonga y, en grado menor, el fórnix y e cerebelo. Un cuadro ampliamente debatido es la ambliopatía alcohol-tabaco, que presenta una afec tación de la visión ocular, con conservación de la periferia d campo. Aunque en un principios pensó que su origen era tóxico, se ha demostrado, de forma con cluyente, que se trata de un tras torno nutricional relacionado co diversas vitaminas del grupo B Carrol demostró en 1944 que todo sus pacientes se recuperaron total mente cuando se les administr una dieta balanceada mantenien do la misma dosis de alcohol y d tabaco que antes de que se instau rara el cuadro clínico.

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