Ultimos esfuerzos de los partidos para atraerse al 20 % de indecisos

Veinticuatro horas antes del cierre de la campaña electoral, a medianoche de hoy, los partidos italianos hacen los últimos esfuerzos para atraer votos, especialmente de quienes aún no han decidido a quien votar, el 20% del electorado, según recientes encuestas. Las Brigadas Rojas, por su parte, han vuelto a entrar en acción, esta vez en Génova, donde un comando interrumpió ayer un examen en la facultad de Ciencias Políticas y ante la sorpresa de los presentes abrieron fuego contra el profesor Fausto Cuocuolo, dirigente regional democristiano, que recibió cuatro impactos de bala en las piernas.

Los principales dirigentes de los partidos políticos buscan febrilmente los votos y precisan sus respectivas posiciones en estas últimas horas electorales. En una conferencia de prensa celebrada el miércoles en la televisión italiana, el secretario general de la Democracia Cristiana (DC), Benigno Zaccagnini, rechazó tajantemente la posibilidad de un apoyo parlamentario de su partido a un Gobierno de izquierdas, formado por el Partido Comunista italiano (PCI) y el Partido Socialista (PSI), propuesto por el secretario general del PCI, Enrico Berlinguer.Zaccagnini expresó su esperanza de que los comunistas vuelvan a formar parte de una mayoría que apoye un Gobierno en el que no estén presentes, pero afirmó que un compromiso similar (la DC en una mayoría que apoye a un Gobierno de izquierdas) no puede ser planteado a su partido.

El líder democristiano aguantó pacientemente las duras preguntas dirigidas por los periodistas, que le presentaron un balance de treinta años de Gobierno democristiano, con su cohorte de escándalos, corrupción, destrozos ecológicos, desorganización de los Servicios de Seguridad del Estado. Ante estos ataques, Zaccagnini, que no perdió los nervios, evitó unas veces la respuesta a las preguntas planteadas y, otras, negó que la DC sea la única culpable de este estado de cosas.

Por su parte, el líder socialista Bettino Craxi manifestó ayer que no cree que su partido pueda entrar en el Gobierno y que, en el caso de que se cumplan ciertas condiciones, él sí estaría dispuesto a apoyar desde fuera un Gobierno sin comunistas. Craxi dijo también que no creía en una alternativa de izquierdas, es decir, que tras las elecciones del domingo y lunes, PSI y PCI puedan aspirar a formar Gobierno. Sin embargo, una de las tesis del último congreso del PSI es precisamente la alternativa de izquierdas.

Los comunistas, mientras tanto, están llevando a cabo una gran movilización en estas últimas horas de campaña. Su órgano periodístico, L'Unita, lanzó ayer, mediante un artículo en primera página -firmado por Giorgio Améndola- un llamamiento a un «no» del electorado a lo que califica de «contraataque conservador democristiano».

Desinterés político

De toda esta actividad de los líderes políticos se deduce que la campaña electoral italiana sigue centrada en la fórmula de gobierno que habrá tras las elecciones, mientras el ciudadano normal, más preocupado por los problemas concretos y cotidianos, sigue concierto desinterés, no exento de crítica, esta campaña electoral que no pocos califican de «aburrida».

En otro orden de cosas, también el terrorismo parece haber acentuado su presión en los últimos días. Las dos últimas acciones de las Brigadas Rojas han tenido como escenario Génova. El martes fue herido en las piernas el consejero democristiano Enrico Ghio, ayer lo fue el dirigente regional de la DC y candidato a las elecciones Fausto Cucicucilo.