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Independencia para el País Vasco

«Desde finales de marzo se rumoreaba insistentemente en algunos medios políticos la existencia de un pacto del Gobierno con el PNV para la solución del problema del País Vasco. De estos rumores se hizo eco la prensa.La realidad parece ser que existe un programa de solución, que consiste esencialmente en lo siguiente:

a) Único interlocutor, el Partido Nacionalista Vasco.

b) Aceptación íntegra del proyecto de Estatuto de Autonomía del País Vasco (proyecto Guernica), incluida la cláusula de autodeterminación.

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c) Compromiso por parte vasca de no pedir la independencia del País Vasco en un plazo de dos a tres años.

d) SI, transcurrido ese plazo, se pidiera la independencia, se concedería, estableciendo alguna forma de unión en la Corona.

Esto, que -repito- se publica en términos de convenio ya consumado, asombrosamente, no produce reacción alguna.

La noticia podrá ser buena o mala. según de qué campo se mire, pero lo que no ofrece duda es de su importancia. A dos o tres años, la independencia de un territorio español, la ruptura pura y simple de la unidad de España. La solución teórica e ilusoria de una unión en la Corona.

Pues bien, este ha sido el caso más extraño de silencio total. De esta gravísima noticia no se produce comentario oficial ninguno, ni desmentido ni confirmación. Pero, sobre todo, pasa, prácticamente inadvertido en toda la prensa española, sin merecer especial atención por parte de los comentaristas políticos.

Para quienes no viven de cerca el problema, la noticia puede parecer demencial. Para quienes hemos estado poniendo el problema de la independencia una y otra vez, no tiene nada de extraño y es el final lógico de un proceso en el que ha faltado imaginación para ofrecer y aceptar soluciones, decisión para tomar la iniciativa y energía para mantener las posturas que no pueden ser modificadas.Pero lo cierto es que esta fórmula existe. Que la noticia está en la calle. Que nadie la discute ni la desmiente y que puede ser el trasfondo de una negociación paralela que se enmascara con dimes y diretes sobre el Estatuto de 1936.

24 mayo

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