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Fin de una época en Canadá

La "soberanía" de Quebec, problema para la Federación

Dos concepciones políticas se enfrentan en Canadá respecto a la situación de Quebec dentro de la confederación canadiense. Para algunos se trata simplemente de uno más de los estados confederados, con sus ventajas y sus inconvenientes en función del bienestar general del país. Para otros existe una auténtica situación colonial en beneficio del Canadá anglófono.Tras la victoria de los liberales en las elecciones de 1960, su líder, Jean Lesage, estrechamente vinculado al poder federal, inició una «revolución tranquila». Nacionalizó la electricidad, racionalizando la producción de energía, con el consiguiente progreso de la industrial desarrolló la asistencia social y creó un Ministerio de Instrucción Pública. Sin embargo, estas tímidas reformas no consiguieron satisfacer las inquietudes nacionalistas, y un año más tarde se creo la Unión para la Independencia Nacional, mientras algunos elementos jóvenes comienzan a asimilar la lucha por la independencia a la de los anticolonialistas revolucionarios. Aparece así el Frente de Liberación de Quebec (FLQ), creado, según parece, en 1963, y que propugnaba el uso de la violencia. Tras algunas operaciones espectaculares, como el secuestro y asesinato del ministro quebequés Pierre Laporte, en octubre de 1970, el FLP desaparece de la escena política.

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Mientras tanto, en abril de 1968, el congreso del Movimiento Soberanía-Asociación, creado el año anterior por René Lévesque, decide convertirse en un partido político abierto a todas las formaciones separatistas. Los resultados no tardan en hacerse sentir. El partido quebequés consigue el 23 % de los votos en 1970, el 30 % en 1973 y el 41 % en 1976, que, dado el sistema electoral (escrutinio mayoritario a una sola vuelta), le proporcionaba setenta escaños, de una Asamblea de 110, y convertían a René Lévesque en primer ministro de Quebec. A lo largo de la campaña, el partido quebequés había mantenido, en un tono moderado, el objetivo de la independencia.

Desde entonces, el gobierno de Quebec ha adoptado una serie de medidas, sistemáticamente denunciadas por los «federalistas» corno secesionistas: supresión del bilingüismo, publicación de las cuentas económicas de Quebec para mostrar su situación desfavorecida, y visita de Lévesque a Francia, donde fue recibido como un jefe de Estado.

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