Los problemas de Valencia
Me avergüenzo de decir que soy valenciana y que desde Valencia escribo; porque es algo bochornoso lo que se está viviendo, lo que se huele y lo que se oye por las calles de esta ciudad, de este pueblo, de este País Valenciano.Porque el problema del paro entre nuestros obreros, la construcción de una central nuclear en medio de la huerta, y próxima a una gran aglomeración urbana, la parcelación y venta de una propiedad del pueblo valenciano, la pinada de El Saler, la contaminación y progresiva degradación de nuestra Albufera..., en fin, y tantos otros gravísimos problemas que tiene planteados hoy por hoy nuestro pueblo, no son nada en comparación con la terrible cuestión de que la Senyera, nuestra bandera, lleve un color más o menos, un escudo más o menos.
Los que de alguna manera nos planteábamos cualquiera de las anteriores cuestiones estábamos equivocados. Lo que realmente importa en Valencia, por lo que realmente es posible movilizar a un considerable número de personas, lo que preocupa hoy aquí, en mi pueblo, no es nada de esto, ¡es el color de la bandera! ¡Es ser valencianos por encima de todo! Como si ser valenciano fuera-definirse en cuanto a un color, como si ser valenciano, o mahometano!, fuera salir a la calle para ir pegando «estacazos» a todo aquel que no haga profesión de fe de «valencianía».
Pues, no. Pienso que muchos valencianos estamos por encima de cuestiones cromáticas, y nos seguiremos preocupando por nuestra huerta, por nuestra industria, por nuestro aire, por la limpieza de nuestras aguas y playas.
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