Los países árabes radicales preparan una respuesta a la paz egipcio-israelí
Diversos países árabes «progresistas» efectúan discretas presiones sobre los Estados del golfo Pérsico para que éstos procedan a un «nuevo equilibrio geopolítico» en la zona, en detrimento de la influencia norteamericana. Tales informaciones proceden de fuentes árabes dignas de crédito, quien es consideran que esa acción tiende a ser presentada como otra respuesta del mundo árabe a las consecuencias nefastas para el mismo de la paz egipcio-israelí.
El tratado de paz egipcio-israelí ha sacudido convulsivamente a los Estados árabes y esto podría ser aprovechado por la fracción más dura para tratar de modificar el statu quo de la estratégica zona del golfo Pérsico en aras de la necesidad de restablecer un cierto equilibrio.La sensibilización del mundo árabe a todo tipo de transacción con Israel se encuentra estrechamente unida, en apariencia, al choque traumático que representa la obstinación de Israel en convertir a la ciudad de Jerusalén en capital permanente del Estado. En todo caso, ese aspecto del conflicto causa a muchas capitales árabes más trastorno que el crédito que puede merecer una u otra fracción determinada del campo palestino.
La paz firmada entre egipcios e israelíes ha producido ya diversas reacciones que pesarán sobre el futuro de las relaciones entre Gobiernos árabes y países occidentales. Kuwait ya ha restablecido relaciones diplomáticas con la URSS y otros Estados del golfo se disponen a hacerlo, tendiendo así a romper el monopolio político de que dispone Estados Unidos.
Los Emiratos Arabes Unidos, antaño reacios a apoyar con todo su peso a los combatientes palestinos, han efectuado un sustancial cambio de actitud. La presencia en Abu Dabi de una importante misión de la OLP encabezada por Abu Iyad, el hombre que dirige las operaciones militares del FATH, es sintomática del cambio, según los observadores.
Los Gobiernos moderados del golfo no descartan que el presidente norteamericano sea capaz de ordenar la intervención militar de su país en la zona, con el propósito de ocupar los campos petrolíferos si la seguridad de Estados Unidos se sintiera amenazada en materia de aprovisionamiento de crudos.
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