Las transacciones de España-79 suponen 2.000 millones de pesetas a los organizadores
Un considerable optimismo oficial y un tono más moderado por parte de los expositores caracterizaron la clausura de la muestra España 79, celebrada entre los días 3 al 13 de mayo en la capital mexicana. Para los organizadores, el volumen de transacciones de treinta millones de dólares (unos 2.000 millones de pesetas) justifica el calificativo de que ésta ha sido la mejor feria de las organizadas nunca por España. Los empresarios concurrentes a la muestra, sin embargo, se sienten más preocupados por la creciente pérdida de competitividad de sus productos y, en el caso concreto de México, por la peculiar estructura de proteccionismo arancelario que todavía persiste, a pesar de las recientes demandas de las autoridades mexicanas para ingresar en el GATT (Acuerdo Multilateral sobre Aranceles y Comercio).
La exposición España 79, inaugurada el día 3 de mayo por el presidente López Portillo, ha constituido sin duda el más importante esfuerzo de los organismos feriales españoles programados para el presente año. El presupuesto de la muestra ha sido de 128 millones de pesetas y el total de la superficie expuesta ha alcanzado los 24.000 metros cuadrados. Por la sede del Palacio de los Deportes de la capital mexicana (construido con ocasión de la Olimpiada de 1970), escenario de la exposición, se estima han desfilado más de un millón de visitantes. Esta importante cifra, sin embargo, debe matizarse con el dato de que la población de México DF rebasa los catorce millones de personas y que, obviamente, en ese volumen se incluyen altos porcentajes de visitantes no profesionales. El número de stands instalados en la feria fue de 357, con un total de cerca de setecientas empresas representadas.Los organizadores de la exposición estimaban ayer en unos treinta millones de dólares (cerca de 2.000 millones de pesetas) el monto total de los contratos suscritos ya en firme durante la feria y en otros cincuenta millones de dólares (3.250 millones de pesetas) los contratos previsibles para los restantes meses del año, más o menos establecidos durante la exposición. Por sectores, el que ofreció mayor volumen de contratación fue el de máquina-herramienta, especialmente en lo referente a la que suministra a la industria transformadora del metal. Asimismo, se han percibido buenos resultados y excelentes perspectivas en los de maquinaria para construcción y suministros de hostelería.
Operaciones al contado
Una de las características de la exposición ha sido la falta de demanda de financiación para las operaciones realizadas en el curso de España 79, al haberse realizado casi todas las contrataciones al contado. Este dato aparece contrastado con los facilitados por los bancos españoles presentes en la muestra y con oficinas de representación en la República mexicana.La característica de la exposición ha sido la tendencia a profesionalizar la presencia de los empresarios españoles y la de los visitantes. Sin embargo, la muestra ha constituido un verdadero elemento de atracción popular, especialmente centrada en la sección dedicada al restaurante, ante el que se formaron diariamente enormes colas de personas, Y en los pabellones de vinos y juguetes.
Esta ha sido la segunda oportunidad en la que España celebra una muestra industrial en México. La primera, en 1963, obtuvo escasa resonancia, en buena medida porque entonces no existían relaciones bilaterales entre Madrid y México. Esta segunda exposición española en México se ha celebrado en una coyuntura distinta, teniendo en cuenta los planes de desarrollo en que está implicado actualmente México, como directa consecuencia de los descubrimientos petrolíferos.
México tiene proyectados índices de crecimiento del orden del 8% anual en la próxima década, centrados especialmente en los sectores de transformación intermedios y en la industria derivada de la agricultura, cuya mecanización es hoy por hoy prácticamente inexistente. Estos planes de desarrollo industrial están previstos, sin embargo, con un cierto criterio autárquico, muy semejante al que presidió el primer despegue industrial español, previo al Plan de Desarrollo y posterior al de estabilización de 1959. Este planteamiento mexicano, encaminado a autoabastecer en lo posible el equipamiento necesario para alcanzar el proyectado crecimiento, choca, sin embargo, con las lógicas limitaciones de crecimiento de la industria nacional de maquinaria y bienes de equipo, cuyo crecimiento anual debería rondar el 30% para poder garantizar las necesidades de su propia industria transformadora. Esta es -a juicio de los expertos españoles radicados en México- la gran oportunidad de los exportadores españoles. Otra de las características de la recién concluida España 79 ha sido el interés de las empresas españolas por instaurar representaciones permanentes en el país, en aras de completar la tarea de incrementar su presencia en México.
Cara al futuro las perspectivas de la presencia de los empresarios españoles en México pasan por el incremento de los proyectos de inversión conjunta y de los intercambios y acuerdos de transferencia de tecnología. Esta nueva orientación de los intercambios hispano-mexicanos se fundamenta tanto en las necesidades de México como en los deseos de buena parte de los empresarios españoles, crecientemente preocupados por la pérdida de competitividad de sus productos, agravada recientemente por la revaluación de la peseta decretada por el Gobierno
España mejora su posición
Ya durante los tres primeros meses del presente año el volumen de inversión española en México se ha incrementado notablemente, totalizando los 3.000 millones de pesetas. De mantenerse este ritmo de tendencia inversora, España podría pasar a ser este año el tercer inversor extranjero en México, desde el octavo puesto ocupado en 1978, según los cálculos efectuados por la Oficina Comercial Española.Pero si el impacto de la exposición España-79 ha sido perceptiblemente notable, algunos factores de los que caracterizan la política ferial española han estado igualmente presentes. Uno de los datos que ha causado mayor extrañeza en medios mexicanos ha sido el que dos entes públicos españoles, el Instituto Nacional de Industria (INI) y la Comisaría de Ferias del Ministerio de Comercio, hayan montado dos exposiciones sucesivas en la ciudad de México: la Expo-INI 78, celebrada el pasado año, y la España 79, recién concluida. Ello no obsta, sin embargo, para que algunas empresas del grupo INI hayan concurrido también a la exposición de este año, cierto es que con un carácter más bien testimonial y dudosa rentabilidad inversora. Esta circunstancia no parece, a pesar de todo, puramente coyuntural, ya que en 1980 parece va a montarse la gran muestra anual española en Buenos Aires, donde precisamente celebra este año su muestra el primer holding público industrial español.
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