Los socialistas italianos quieren gobernar con la DC

El Partido Socialista italiano (PSI) ha hecho un «pacto solemne» con sus electores, a los que anuncia que gobernará con la Democracia Cristiana después de las elecciones. Al mismo tiempo, se ha opuesto al empleo de las fuerzas del Ejército contra el terrorismo. Estas eran ayer las dos novedades en el mundo político de la capital italiana.El pacto con los electores, anunciado por Bettino Craxi y subrayado por el comité central, consiste en una promesa formal al país: si los electores dan mayor empuje a un partido que es esencial para mantener la democracia del país y que hoy cuenta sólo con el 9,6% de los votos, éste se compromete a asegurar al país «cinco años de estabilidad, renovación y progreso». Para conseguirlo, los socialistas está dispuestos a gobernar con la Democracia Cristiana después del 3 de junio, con una serie de condiciones que presuponen un aumento consistente de escaños en el nuevo Parlamento.

Las condiciones fundamentales son las siguientes: el Partido Socialista debería tener en el nuevo Gobierno una dignidad y un peso igual a la Democracia Cristiana. Esto supone que los socialistas podrían pedir la presidencia del Gobierno o igual número de ministros en el nuevo Gabinete. Junto a esto, la posibilidad de poder pedir la entrada en el Gobierno de los independientes de izquierda elegidos en las listas comunistas.

Según Craxi, esta condición de igualdad no es sólo un problema de fórmula de Gobierno, sino, sobre todo, de «programa». Se trata de presentar al país un programa de reformas tal que ponga a la Democracia Cristiana frente a todas las exigencias de la izquierda del país.

Por lo que se refiere al veto de los democristianos a la entrada de los comunistas al Gobierno, Craxi ha respondido que por parte de los socialistas «no habrá nunca oposición a este ingreso del PCI». Lo que no dice es que se negará a formar Gobierno con los democristianos en el caso de que los comunistas no puedan entrar en el Gobierno. Y este es el elemento nuevo: se puede decir que aquí empieza la nueva estrategia del PSI.

Uno de los síntomas de esta autonomía del PSI con relación a los dos grandes partidos, la DC y el PCI, se está viendo en estos días en la polémica sobre el empleo del Ejército en estas elecciones contra el terrorismo. Hoy se celebrará en la Presidencia del Gobierno, con Andreotti, una reunión en la que participarán los ministros del Interior, de la Defensa y de Asuntos Exteriores y los de Justicia e Industria, más los responsables de los servicios secretos, el jefe de la policía y el comandante de los carabineros. Se declaran de acuerdo con el empleo del Ejército democristianos, comunistas, republicanos, liberales y misinos. En contra, socialistas, nueva izquierda y radicales.