Proteccionismo, inflación y precio de los crudos, temas de la V Conferencia de la UNCTAD

Kurt Waldheim, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, inauguró ayer en Manila la quinta conferencia de la UNCTAD -Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo-, a la que asisten alrededor de 5.000 delegados representantes de 159 países y se prolongará hasta el próximo día 1 de junio. Kurt Waldheim, en su discurso, después de afirmar que la estabilidad y seguridad del mundo no están garantizadas mientras subsistan los «enormes desequilibrios» económicos actuales, hizo un llamamiento a los países ricos, pobres y socialistas para que se unan y establezcan un orden económico más justo.El presidente de Filipinas, Fernando Marco, en su discurso inaugural, invitó a los delegados a actuar como «representantes de la humanidad», no de países determinados, al tiempo que señaló que los países en desarrollo «no pueden esperar más» a que se solucionen sus crecientes problemas económicos, agravados por el alza del precio de los crudos, la inflación y el proteccionismo.

Apretada agenda de trabajo

En la quinta conferencia de la UNCTAD, que se celebra en un marco económico internacional desfavorable por los problemas derivados del aumento del paro, el recrudecimiento de la inflación y la nueva crisis energética, se tratarán diversos temas, entre los que destacan: la reestructuración de los mercados y el establecimiento de un fondo común de mercancías para evitar a las naciones en vías de desarrollo fluctuaciones amplias en los precios de sus productos en momento de escasez o de exceso; la promoción de mayor cooperación económica entre las propias naciones en vías de desarrollo y la disminución de su dependencia de los países desarrollados; las transferencias de tecnología de los países desarrollados a las naciones en vías de desarrollo; un nuevo código para las conferencias sobre fletes, en las cuales el Tercer Mundo cree que debe tener mayor participación; los problemas especiales de los países menos desarrollados o más pobres en relación con aquellos que ahora están a punto de ser considerados como desarrollados; el caso particular de las naciones que no tienen salida al mar y aquellas otras que disponen de grandes cadenas de islas, y el comercio entre las naciones del Tercer Mundo y los países socialistas.El ambiente previo a la celebración de la conferencia hace pronosticar que los enfrentamientos entre los bloques de países merecerán el calificativo de duros y complejos. Cabe resaltar que, el pasado sábado, el secretario general de la organización, Gamani Corea, de Sri Lanka, denunció la tendencia hacia el «nuevo proteccionismo» de las naciones desarrolladas frente a los productos y mercancías de las naciones semiindustrializadas, que calificó de «desconcertante», y afirmó que los principales culpables de tales medidas son el Mercado Común y Japón.

Quince años de experiencia

La Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo se fundó en 1963 con objeto de reestructurar el comercio internacional en beneficio de las naciones menos favorecidas.Se acordó celebrar una conferencia cada cuatro años y en la primera, llevada a término en Ginebra (Suiza) en 1964, las 77 naciones ricas se presentaron formando un solo bloque de influencia. En la segunda, celebrada en Nueva DeIhi (India), en 1968, se llegó a un acuerdo sobre un «sistema generalizado de preferencia » -GSP-, con objeto de facilitar a los países en vías de desarrollo el acceso a los mercados de las naciones ricas. La tercera, celebrada en Santiago de Chile en 1972, fue el marco de las primeras acusaciones de proteccionismo por parte del Tercer Mundo a los países industrializados, al considerar que éstos discriminaban sus productos manufacturados o semiacabados al llegar a sus mercados. En la cuarta y última, celebrada en Nairobi en 1976, se lanzó la idea de un «fondo común» que estabilizara las amplias fluctuaciones que se observaban en los precios de los artículos de primera necesidad.

La idea del fondo común se negoció hasta el pasado mes de abril, en que se llegó al acuerdo de crearlo con un montante de 750 millones de dólares, que servirá de amortiguador para mantener la estabilidad de los precios.