Anecdotario del primer pleno democrático

Los enfrentamientos dialécticos producidos en la primera sesión plenaria de la nueva Corporación causaron ayer repetidas veces las risas e incluso fuertes carcajadas, tanto de las personas que se encontraban en la tribuna pública como de las doscientas personas que desde el patio de cristales seguían la sesión.«Quiero cortar las tensiones, y para ello ya ven que hago uso de un humor casi infantil.» El alcalde, Enrique Tierno, consiguió transformar en sonrisas los airados semblantes de algunos concejales cuando, con su tono profesoral, intentaba poner orden.

Ya al principio de la sesión se produjo la primera anécdota. Enrique Tierno, al abrirse la sesión, pidió que se limitaran las intervenciones a dos a favor y dos en contra sobre el tema debatido. José Luis Álvarez intervino rápidamente para afirmar en un tono altamente airado que en el Ayuntamiento siempre se ha hablado lo que se ha querido. «Sea, e intervengan las veces que quieran -contestó el alcalde-; pero siempre se ha hablado menos en un Ayuntamiento democrático que en uno autoritario. »

Alonso Puerta, portavoz del grupo socialista, es también uno de los concejales que más recurre a efectos humorísticos en sus intervenciones. Ayer, además de anunciar la inmediata retirada de la placa dedicada a Francisco Franco que está colocada en el salón, afirmó muy convencido que no sólo esperan contar con los votos de comunistas y socialistas, «sino también con los votos del buen sentido de algún concejal de UCD».

Problemas a la votación del nombramiento de delegado

Luego, cuando se propuso votar el decreto de la alcaldía sobre nombramiento de delegados, los concejales de UCD manifestaron su negativa «a votar algo ya decidido de antemano». Afirmaron también que la votación era ilegal. La opinión no fue compartida con el secretario, señor Barcina, quien sostuvo que, si bien no era obligatorio, la votación era perfectamente legal. Socialistas y comunistas se empeñaron en votar, mientras que UCD se abstenía. En un segundo momento en el que se volvió a plantear el mismo problema, el secretario se vio obligado a precisar que si los concejales de UCD no querían llamarlo votación podían considerarlo como una «manifestación externa de asentimiento». Enrique Tierno, visiblemente harto del tema al pedir la votación, decía: « Espero asimilar esta nueva terminología, por eso no pido conocer sus votos, sino que quiero que me manifiesten externamente su asentimiento o desacuerdo.»Otra situación anecdótica la inició el tercer teniente alcalde, el socialista José Barrionuevo, quien contó un chascarrillo para ilustrar los planteamientos políticos de UCD. Inmediatamente después se hacían oír las protestas de los concejales de UCD. «En la etapa medieval -dijo el alcalde- se utilizaban mucho los apólogos. Pediría que no se prodiguen y también que se digieran.» Al felicitar después el señor Barrionuevo a Javier Tusell por su reciente nombramiento, éste preguntó con sorna que si se trataba de otro apólogo. «Lo que no puedo es cortar las enhorabuenas», respondió Tierno entre sonrisas.