Control democrático de la energía
Le escribo esta carta con motivo de una noticia que aparecía en el periódico que usted dirige el domingo día 22 del pasado mes y que me dio que pensar.El hecho era un artículo; un alto dirigente de la Junta de Energía Nuclear soviética, desde una revista científica, acusaba a las multinacionales del petróleo de manipular los movimientos ecologistas contra las centrales nucleares que se están desarrollando en todo el mundo occidental; aseguraba que la energía nuclear era más barata y económica que la que se extrae del petróleo o el carbón y menos contaminante, hasta tal punto que existía el proyecto muy desarrollado en la URSS de utilizarla para calefacción en zonas rurales, aparte del uso industrial.
Ahora, desde nuestra perspectiva de ciudadanos medios, si la dirección de un país -centralizado, ya lo sé-, decide utilizar la energía nuclear como fuente de calor para una extensión considerable de su territorio, y dado que los rusos
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poseen un innegable nivel tecnológico, yo me pregunto: ¿Es que los dirigentes soviéticos son tan canallas como para experimentar con su población como si fueran conejillos de Indias o es que han realizado un profundo estudio tras el que han concluido que es factible y beneficiosa la utilización de la energía nuclear para fines pacíficos?
Sigo adelante con mi reflexión y pienso en las constantes catástrofes petrolíferas que afectan a nuestros mares, poniendo en serio peligro su equilibrio ecológico; pues bien, estos infortunados sucesos quedan catalogados como meros accidentes en los anales del siglo, sin que ningún movimiento ecologista fuerte haya tenido una actividad acorde con la gravedad que estos desastres pueden acarrear para la humanidad, si nos detenemos a considerar el océano como fuente de vida imprescindible para los ciudadanos que habitamos en tierra.
La opinión general viene mediatizada por una televisión catastrofista -y catastrófica, en todos los sentidos-, por el terror a la bomba nuclear (Hirosima), y la prensa, que escasamente lee un 10 % de nuestra población, se ocupa poco de darnos un criterio en el que poder apoyarnos que no sea el puramente emocional.
Aparte del debate, considero que es fundamental reivindicar para la humanidad el control realmente democrático de la utilización de los medios de control de cualquier tipo de energía; porque tal y como están las cosas nos pueden dar para desayunar pescado con mercurio; paya comer, bistec de petróleo, y para merendar, la burbuja de Harrisburg; y no iría el asunto del todo mal si no nos dan de postre una dosis de la bomba de neutrones.
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