El Ejército de la RFA dispuesto a castigar los brotes nazis en sus filas
Trescientos cincuenta y cinco altos mandos de las fuerzas armadas alemanas, generales, almirantes y coroneles, están reunidos hasta el fin de semana en la isla de Borkum, en el mar del Norte, para analizar en profundidad los problemas que agitan internamente a la defensa de la República Federal de Alemania y también aspectos que desdibujan hacia el exterior el carácter de la institución.
Antes de final de mes, el ministro de Defensa, Hans Apel, decidirá también si procede o no una intervención decidida contra aquellos oficiales que desempeñen actividades políticas en grupos neonazis.
Desde los primeros brotes neonazis en el seno de las fuerzas armadas, concretamente en Munich y Hamburgo, y en vista de que no decrece la actividad proselitista del general Rudel, considerado aquí como el animador de la tendencia involutiva, en las fuerzas armadas, aunque él se encuentra fuera de servicio activo, el Ministerio parece dispuesto a proceder con dureza contra los militares que aspiran a un sistema político contrario a la actual Constitución. Según ha trascendido, el ministro Apel se propone resolver el problema mediante una aplicación estricta del Código Militar y de las leyes fundamentales.
Los precedentes que existen hasta el momento de intervenciones contra soldados y oficiales que tomaron parte en una actividad política concreta, denotan un mayor interés en reprimir la vinculación de miembros de las fuerzas armadas contra iniciativas de izquierda, en lugar de orientar estas intervenciones contra los oficiales vinculados a una derecha extrema.
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