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Doctor Miguel A. Ramón: "Pretendemos reinsertar al drogadicto en la sociedad"

Hoy se inaugura en Madrid un servicio asistencial de drogas dependiente de la Cruz Roja Española, que atenderá a todas las personas con problemas de adicción que voluntariamente estén dispuestas a someterse a tratamiento. El servicio es totalmente gratuito y su creación responde a un concierto de cooperación entre la Dirección General de Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad y, la Cruz Roja Española.

«Aunque no existe ninguna estadística fiable respecto al número de drogadictos en España -señaló a EL PAIS el director de este servicio ambulatorio, doctor Miguel Angel Ramón-, nosotros nos hemos atenido a toda una serie de indicios indirectos para deducir que se trata de un número no sólo elevado, sino que además crece en proporción alarmante.» Estos indicios serían la importancia de los alijos de droga capturados últimamente por la policía, el incremento de detenciones por tráfico de drogas, los asaltos a farmacias y las muertes por sobredosis.Este nuevo centro ambulatorio, que consta de cinco consultorios clínico-sociales, dos salas para programas de psicoterapia y una enfermería, se inaugura con la pretensión de conseguir algo más que una simple desintoxicación de los pacientes. «Aunque nuestra intención es estar muy en contacto con todos los escasos centros que se ocupan de los problemas de la toxicomanía -añade el doctor Ramón-, lo cierto es que pensamos ir mucho más lejos, puesto que en la mayoría lo único que se le ofrece al drogadicto es una cura de desintoxicación, en muchos casos altamente frustrante, sin preocuparse para nada de los problemas de rehabilitación y reinserción social que se le plantean al incorporarse a su antiguo ambiente.»

El ambulatorio de la calle de Fúcar, número 8, prestará sus servicios todos los días, de lunes a viernes, entre las diez de la mañana y las n ueve de la noche, disponiendo de un equipo asistencial compuesto por cinco médicos, dos enfermeras, tres asistentes sociales, un psicólogo y dos secretarias.

Se nos han concedido cuatro camas en un hospital de Madrid, aún sin determinar, para los casos graves de dependencia de opiáceos por ejemplo, pero en los demás casos el tratamiento fundamental, además de la medicación, consistirá en sesiones de psicoterapia, tanto de grupo como individual. Se descarta totalmente el tratamiento con metadona, que de hecho sólo consigue hacer depender al paciente de otra droga. Para el doctor Ramón el problema de la toxicomanía hoy es esencialmente un fenómeno de masas y, por tanto, no puede ser considerado individualmente. «Me cuesta trabajo hacer una definición de drogadicto, como las que se han hecho habitualmente señalando sus problemas de afectividad o de personalidad débil, cuando muchas veces nos enfrentamos a una persona de doce o catorce años que se encuentra en plena crisis de adolescencia. Tampoco me parece que se les pueda tratar como a enfermos, salvo en los casos graves.»

El centro se propone, además, mantener una total independencia con respecto a los organismos represores del tráfico de drogas, limitándose a facilitar una información general y anónima a las entidades judiciales y policiales sobre movimiento de droga, datos estadísticos, etcétera.

La base de los tratamientos que el doctor Miguel Angel Ramón se propone seguir reside en la colaboración voluntaria del paciente, quien por su parte deberá firmar una especie de contrato terapéutico al iniciar la cura, que será en todos los casos en régimen abierto. Se trata de un conjunto de normas a que éste deberá someterse, tales como, por ejemplo, el compromiso de no aportar ni consumir droga en el centro y algunas otras relativas al control de la cura.

El servicio de asistencia de drogas abierto por la Cruz Roja pretende también hacer hincapié en la necesidad de una labor preventiva entre la población que considera con mayores riesgos de consumo de drogas.

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