Paco Ibáñez
Fui al recital de Paco Ibáñez el día de su presentación en Madrid y he de reconocer que sí, quizá no conozca ni de nombre a George Brassens, o incluso no lo sepa escribir o que sé yo. Pero ahora ya conozco a Paco Ibáñez, su voz cascada, mal conservada, ahogada. Conozco su falta de tacto, su frialdad ante nosotros que hemos vivido aquí, solos, tristes y negros. Conozco lo que era ilusión de oírle, rememorar, sentir, ver y palpar, todos juntos, aquí. Conozco que no fue así, que lo corrompió con saltos a la fama, inútiles, de grupos, no malos, pero no sentidos. Conozco que todo lo que allí pasó nos alejó: él allí, nosotros solos, negros y tristes aquí.
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