Las autonomías, ahora

«(...) Cualquier posibilidad de paz para el País Vasco pasa hoy por el Estatuto de Autonomía. La cuestión vasca es hoy la primera e indemorable de las urgencias nacionales españolas. El año que viene, el próximo Aberri Eguna sin estatuto podría ser el último en un clímax de liquidación de todas las oportunidades que hoy son potencialidades -eminentemente políticas- prometedoras todavía. Se ha ponderado la dificultad y trabajo que supone el desarrollo constitucional con todas sus leyes orgánicas y normas complementarias. Naturalmente, una compleja arquitectura que albergue en paz, con voluntad de respeto pluralista a una nación como la española que atraviesa su hora constitutiva como Estado correspondiente a un diferente'sistema político, al tiempo que a la mayor y más prolongada crisis económica desde lá gran depresión, llevará tiempo y esfuerzo.Pero lo primero es lo primero, y no existe nada antes, ontológica y lógicamente, que el afianzamiento de la coherencia del Estado con la unidad de España. En nuestra opinión, el problema es de tal naturaleza que, no resuelto, o resuelto insuficiente o tardíamente -que vistas las circunstancias es tanto como no resolver-, ya no habrá lugar para la consideración de los demás. (...)

El Estado que hay que construir debe hacerse desde las autonomías, con las autonomías. No se trata de construir el Estado y descentralizar, sino, al revés, construirlo desde la descentralización y desde la personalidad definida y dotada de operatividad de las nacionalidades y regiones. Es mucho más difícil, pero absolutamente fructífero.

17 abril