Tensión entre los Gobiernos de Bogotá y Caracas

Las relaciones entre Colombia y Venezuela, que nunca han sido tan buenas como aseguran los respectivos Gobiernos, atraviesan en estos momentos una situación especialmente delicada. Al foco permanente de tensión que supone la reivindicación colombiana sobre una parte del golfo de Venezuela, se ha unido ahora un oscuro episodio ocurrido en la frontera entre los dos países, en el que, supuestamente, miembros de la Guardia Nacional de Venezuela mataron a un número indeterminado de súbditos colombianos.Las circunstancias de este hecho aparecen aún confusas. Las versiones colombianas señalan que la Guardia Nacional de Venezuela asesinó fríamente, aplicando la ley, de fugas, a cuatrocientos inmigrantes ilegales procedentes de Colombia. Venezuela, por su parte, además de negar la responsabilidad de la Guardia Nacional, ha explicado que los asesinatos «no pasan de veinte». Discusiones aparte sobre el número de víctimas, el hecho cierto es que en la frontera colombo-venezolana se han producido matanzas de seres humanos. Sobre esta base, una comisión de parlamentarios del Congreso colombiano realizan desde hoy una exhaustiva investigación en las poblaciones fronterizas (Río Hacha, San Antonio del Tachira, Cucuta y Santander) que han sido escenario de los hechos.

El Parlamento de Colombia llegó a proponer que la cuestión fuese llevada al seno de la Organización de Estados Americanos.

El problema de fondo es el permanente tráfico -controlado por bandas de delincuentes- de trabajadores indocumentados colombianos hacia Venezuela. El Gobierno de Caracas apunta a que, precisamente, sean estas bandas de traficantes las autoras de las muertes de colombianos.