La justicia italiana ordena la detención de 22 intelectuales, acusados de dirigir ideológicamente las Brigadas Rojas
La noticia es clamorosa, y si no resultara un imponente montaje electoral, sería la respuesta definitiva a la pregunta que Italia se hace desde años sobre la verdadera identidad de las Brigadas Rojas. Las magistraturas de Roma y Padua, después de una investigación ultrasecreta y conjunta de varios meses, sorprendieron el sábado por la noche a toda la opinión pública del país con la noticia de veintidós órdenes de prisión para figuras de primera plana del mundo intelectual de la izquierda revolucionaria, la mayor parte prestigiosos catedráticos de las universidades de Italia.
Entre ellos figura nada menos que Toni Negri, que es el verdadero «padre» de todos los movimientos de extrema izquierda italiana nacidos por escisiones continuas del primer grupo de Poder Obrero y que se reúnen en lo que aquí se llama la zona de autonomía. Se trata del movimiento variopinto de la izquierda que, separada del Partido Comunista, pasó a posiciones o de critica corrio Il Manifesto, o de extrerrilsmo revolucionario, como los diversos grupos que van desde los blandos, simplemente en oposición a la política comunista que ellos llaman conformista, a los más duros, que teorizan la lucha armada.Junto con Negri, catedrático en Padua y en la Sorbona, junto a Louis Althusser, han sido también detenidos los otros dos grandes líderes de la izquierda neoestalinista; Oreste Scalzone, director de la revista Autonomía, el gran activista del movimiento, y Franco Piperno, catedrático de Física en la Universidad calabresa de Cosenza.
De los veintidós detenidos, nueve -entre ellos Negri- han sido acusados de «asociación subversiva y constitución de banda armada». Los demás sólo de subversión. El grupo de Negri ha sido acusado de actos delictivos para los que la ley pide cadena perpetua. Han sido también considerados como los ideólogos de las Brigadas Rojas y, por vez primera, la Magistratura reconoce a las Brigadas Rojas como una organización paramilitar, dependiente de los grupos del movimiento. Los magistrados han dado a entender que Negri y su grupo han sido los ideólogos del secuestro y asesinato de Aldo Moro y de los comunicados emitidos durante la prisión del líder democristiano.
Al parecer, la Magistratura tiene en sus manos documentos que prueban las acusaciones contra Negri y los demás detenidos de ser verdaderos continuadores de Renato Curcio en el movimiento terrorista de las Brigadas Rojas, que son, según los jueces, la estructura militar de la Autonomía Organizada. Se les acusa también de haber fundado e impul.sado la organización Brigadas Rojas, con el fin de promover una insurrección armada contra el Estado y de intentar modificar las estructuras de Gobierno, a través de secuestros, actos de bandidaje, asesinatos e incendios. Puesto que los 22 detenidos pertenecen a los grupos más diversos de la izquierda revolucionaria, se demostraría que el terrorismo italiano es el resultado de una serie de grupos, coordinados entre ellos, aunque a veces se presenten a la opinión pública como dispares.
El magistrado, comunista
Entré los detenidos figuran catedráticos de universidad, profesionales, médicos y hasta un periódista del semanario L'Espresso y La Repubblica. Los magistrados y policías hablan sólo de la primera fase de una gran operación aún más importante.
El magistrado, que durante meses ha preparado esta investigación, en Padua, es Pietro Callogero, comunista, el mismo que años atrás había dado una vuelta clamorosa a la investigación sobre las bombas de Piazza Fontana, de Milán, afirmando que los autores de aquella matanza no eran los anarquistas de Milán, con Valpreda al frente, sino los fascistas precisamente de Padua, como ha confirmado con exactitud el gran proceso celebrado recientemente en Catanzaro. Lógicamente, aquí se trata sólo de acusaciones, por ahora. Los movimientos de la extrema izquierda afirman que es un escándalo electoral.
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