Rodríguez Sahagún mantiene el equipo de Gutiérrez Mellado

Agustín Rodríguez Sahagún, nuevo ministro de Defensa, tomó posesión de su cargo ayer tarde, en un acto íntimo que tuvo lugar en la sede del Ministerio, ubicado desde ahora en el Cuartel General del Aire -antiguo Ministerio del Aire-, donde ya estaba situada la infraestructura del departamento, salvo el gabinete del ministro, que trabajaba en la Moncloa y que seguirá allí con el vicepresidente primero. El señor Rodríguez Sahagún ha ratificado en sus cargos al equipo del teniente general Gutiérrez Mellado.El acto de toma de posesión se celebró a las seis de la tarde y asistieron, junto al teniente general Gutiérrez Mellado, dieciséis miembros del Consejo del Ministerio, entre ellos, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Ignacio Alfaro; los tres jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos, tenientes generales Tomás de Liniers, Emiliano José Alfaro Arregui y almírante Luis Arévalo, y el subsecretario del departamento, almirante Angel Liberal.

El teniente general Gutiérrez Mellado pronunció unas palabras explicativas de la configuración y el significado del Ministerio y agradeció a sus colaboradores el apoyo que le habían prestado.

El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Ignacio Alfaro trasladó al ministro la ratificación de lealtad que ayer mismo por la mañana le había expresado telefónicamente, y el subsecretario, almirante Liberal, glosó, entre otros temas, el esfuerzo que suponía poner en marcha un Ministerio de Defensa a partir de los tres departamentos anteriores, y recordó que Francia necesitó en su día cuatro años para la misma operación, hasta conseguir plenamente los objetivos, mientras que en España la experiencia acumulada sólo alcanza a dieciocho -meses.

El señor Rodríguez Sahagún se definió como un hombre lleno de defectos, pero -dijo- con dos virtudes, ser un luchador y un gestor y organizador. Comentó que en sus actividades profesionales y políticas había cosechado éxitos y fracasos, pero que nunca le había faltado tesón y espíritu de lucha para conseguir los objetivos.