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Entrevista:

El objetivo del PCI no es volver a la oposición, sino entrar en el Gobierno"

Juan Arias

En Roma concluye hoy el XV Congreso del Partido Comunista italiano. Las declaraciones concedidas a EL PAIS por Achile Occhetto, miembro de la dirección y responsable de la política de enseñanza, constituyen un punto de referencia idóneo para resumir las tareas de este importante congreso.Occhetto es una de las grandes «promesas» del PCI. Los observadores políticos dicen que el partido le está preparando para ser uno de los pilares del futuro comunismo italiano. De lo que no cabe duda es que Occhetto es una de las figuras con más prestigio en la base del partido. Pertenece a la izquierda del grupo de Berlinguer.

Pregunta. Casi todos los congresos del PCI han significado históricamente una nueva etapa del partido. ¿Cómo califica usted este XV Congreso de Roma?

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Respuesta. Se trata de un congreso que hace una reflexión sobre una experiencia nueva y original de los comunistas italianos. En efecto, ha sido la primera vez que en un país capitalista de Europa el PCI ha participado en una mayoría de Gobierno con las demás fuerzas democráticas. El XV Congreso está haciendo el análisis crítico de dicha experiencia.

P. ¿Para rechazarla?

R. No. Es más, estamos convencidos que esa experiencia ha sido necesaria, pero al mismo tiempo había llegado el momento de tener en cuenta también sus inconvenientes, sus límites y sus contradicciones.

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P. ¿Qué decisión va a tomar el congreso?

R. No creo que constituya un secreto afirmar que la novedad de este congreso consistirá en la afirmación que el PCI no está ya dispuesto a aceptar soluciones intermedias en la política de solidaridad nacional como las ensayadas hasta el momento.

P. ¿Qué significa esto concretamente?

R. Que después del XV Congreso los comunistas italianos o entrarán directamente en el Gobierno o irán a la oposición.

P. Se discute entre las fuerzas políticas si el discurso de Berlinguer de apertura del congreso ha sido un discurso de Gobierno o un discurso de partido de lucha electoral. ¿Usted qué opina?

R. Ha sido un discurso que, a mi parecer, acelera el problema de un partido que mantiene intacta su autonomía, su capacidad de lucha y su fuerza crítica, pero para gobernar. El objetivo no es la vuelta a la oposición sino la entrada en el Gobierno.

P. ¿Cómo se coloca el partido ante la Democracia Cristiana, el partido de mayoría relativa?

R. En este momento existe una actitud muy polémica con la DC, que ha vuelto a colocarse en una posición moderada en relación a los objetivos que el mismo Aldo Moro había dado a este partido. La crítica actual va dirigida, no tanto a negar una posibilidad de colaboración con la DC, cuanto a cambiar los equilibrios internos de ese partido. Cierto que, para cambiarlos, es también necesario disminuir su poder en la sociedad.

P. ¿Cómo se coloca este Congreso ante los socialistas?

R. Existe una ambigüedad en los socialistas por el hecho de que aún no han decidido en qué estrategia moverse. Ellos se lamentan de nuestra actitud crítica, pero yo pienso que la relación de Berlinguer ha significado una gran apertura hacia el PSI y un lanzamiento de la unidad de izquierdas. Pero la condiciones para este encuentro son que los socialistas no sigan obsesionados con el PCI, en vez de estarlo con la DC, y que no sigan balanceándose entre una hipótesis de centro izquierda, que dicen negar, pero que buscan en la práctica, y una alternativa de izquierdas que asusta a la DC, empujándola hacia el conservadurismo.

P. En este congreso están ausentes Santiago Carrillo y Georges Marcháis, dos de los mayores protagonistas del eurocomunismo. ¿Qué diferencias separan aún a estos dos partidos del PCI?

R. Por lo que se refiere al PCE, yo creo que son netamente prevalentes los puntos de identidad. Y esto es lo fundamental. Todo lo demás puede tratarse de matices distintos sobre las cuestiones comunes o también de intereses distintos ligados a situaciones políticas diferentes. Del Partido Comunista Francés se puede decir lo mismo, pero con un elemento de divergencia más marcado, que tiene su peso. Me refiero a la visión de Europa del PCF. La posición francesa, por ejemplo, frente a las elecciones europeas está más impregnada de preocupaciones de carácter nacional.

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