Sin el PCI en el Gabinete, Italia sería ingobernable, según Berlinguer

Con un discurso de tres horas, en tono grave y severo, el secretario general del Partido Comunista italiano (PCI) inauguró ayer el XV congreso de su partido en el palacio de Deportes de Roma.

Berlinguer trazó un cuadro de la situación mundial, recordando los «peligros graves y horribles que amenazan al mundo», afirmó que Italia sin los comunistas «sería ingobernable» y destacó el papel de Lenin y la Revolución de Octubre en la evolución histórica de la Humanidad.Berlinguer confirmó la nueva versión del «compromiso histórico» como participación de las fuerzas comunistas en el poder junto a todas las demás fuerzas progresistas, y volvió a afirmar que el PCI busca la política de «unidad nacional», y no la de una «alternativa de izquierdas». «Sin el PCI en el Gobierno -dijo Berlinguer-, Italia será ingobernable.»

El secretario general del PCI hizo un panorama de la situación actual de la humanidad, utilizando el análisis marxista y leninista. Dijo, sin medias tintas, que «no tenemos ninguna intención de negar o disminuir los lazos históricos que nuestro partido tiene con la Revolución de Octubre y con la obra de Lenin». Dijo aún más: «Queremos subrayar que el movimiento revolucionario socialista y marxista de Rusia, la Revolución de Octubre y la acción de Lenin pertenecen a la historia de la humanidad. »

Siguiendo una línea distinta a la de Santiago Carrillo, secretario general del PCE, por ejemplo, el secretario comunista italiano ha confirmado que su partido considera que la crisis del «socialismo real» se debe sólo a que «el proceso revolucionario no se ha realizado aún en todo el mundo, ni ha agotado todas sus posibilidades, sobre todo en lo que se refiere a la "democracia y la libertad"».

Berlinguer dirigió un llamamiento a todas las delegaciones presentes (más de cien) para que «la estrategia de la paz» sea colocada en el centro del interés mundial, tanto del capitalismo como del socialismo, y pidió a China y Vietnam que sigan «los caminos de la comprensión y de la paz», porque esto «servirá para el bien de la hurnanidad y para la causa del socialismo». En lo que se refiere al conflicto chino-soviético, Berlinguer afirmó que preocupan algunos aspectos de la política exterior de China, pero, sobre todo, su inclinación a presentar a la Unión Soviética como «el peor de los enemigos». «Esto -dijo el secretario comunista- es profundamente equivocado.» Pero lo sería igualmente, según Berlinguer, mantener que «una China fuerte y moderna sea necesariamente un factor negativo para la distención y la paz».

Condenó también la injerencia y la intervención en «la vida interna de un Estado», bajo ningún pretexto, «ni para sostener regímenes reaccionarios, ni para exportar la revolución, ni para dar lecciones punitivas o prevenir ataques hipotéticos».

No se olvidó Berlinguer de pedir el derecho a una tierra para los palestinos y lanzó, no sólo para Italia, sino para todo el mundo, la idea de «un tercer camino hacia el socialismo».

Condenó la carrera armamentista y afirmó que el terrorismo en Italia se ha convertido en una «absurda lucha política contra el movimiento obrero y popular y contra los fundamentos del régimen democrático».