Fracasa el intento radical árabe de imponer sanciones a Sadat

En un abierto clima de fracaso y división, la reunión de la Liga Arabe, que estudia en Bagdad la imposición de sanciones a Egipto tras la firma del tratado de paz egipcio-israelí, aplazó ayer durante veinticuatro horas sus trabajos, mientras Irak, país del frente radical, amenazaba con retirarse del encuentro, de la misma forma que previamente lo hicieron la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Siria y Libia.Tras el abandono del Palacio de la Paz por parte de palestinos, sirios y libios, el vicepresidente del mando del Consejo Revolucionario de Irak, Saddam Hussein, se reunió con el líder de la OLP, Yasser Arafat, y el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Abdel Halim Jaddam.

Irak, como ya lo hicieran los palestinos, acusó a Arabia Saudita y a otros países conservadores de sabotear la conferencia, al negarse a adoptar «medidas serias» contra Egipto y Estados Unidos.

Por su lado, Arabia Saudita, por boca de su ministro de Asuntos Exteriores, príncipe Saud Al Faisal, declaró ayer que su país se atiene a las resoluciones de la cumbre de Bagdad, de noviembre pasado, «que prevén la suspensión de la participación egipcia en la Liga Arabe y el traslado de la sede de la Liga fuera de Egipto».

Arabia Saudita está determinada a poner en práctica estas resoluciones, a condición de que su aplicación se haga en el marco de la solidaridad árabe», precisó el jefe de la diplomacia saudita.

No obstante, el príncipe reiteró, una vez más, que su país se opondrá a la aplicación de las duras sanciones económicas y diplomáticas contra Egipto y Estados Unidos a causa de la firma del tratado de paz con Israel, alegando que la conferencia ministerial de Bagdad no tiene el mandato para adoptar tales medidas.