La campaña de Tierno

Ya ha comenzado la campaña municipal en Madrid. Estamos viendo cómo mientras UCD, PCE, etcétera, nos brindan una campaña con cartelones de sus candidatos (los señores Alvarez, Tamames), el PSOE elude como un maleficio el nombre del señor Tierno Galván y adorna Madrid de bucólicas imágenes, con alusiones abstractas a «cambiar con los socialistas». ¿Se trata de un rechazo del personalismo? La todavía inmediatez de las generales nos dice claramente que no; en ellas, el señor González copó la propaganda mural; sólo, con Pablo Iglesias, en carteles grandes y pequeños.¿Qué puede, entonces, retirar de una campaña para alcalde el nombre del alcaldable, y más si consideramos la personalidad del candidato? Para el observador imparcial, pero atento, aparece un temor de los dirigentes del PSOE a que Tierno Galván pueda cosechar mas votos para sí de los que la candidatura PSOE obtuvo en las generales. Ello no tendría nada de extraño, pues Tierno, con una buena campaña, sacaría votos a la izquierda ya la derecha del 1-M.

Y como es sabido que las aguas en el PSOE no están muy serenas, es comprensible el temor del grupo sevillano ante el congreso de mayo, tras una eventual victoria del «estilo Tierno» en Madrid. Ello hace comprensible (que no justifica) la atonía, la ramplonería de esta campaña, en la que se regalan fechas y se desdibuja al candidato.

Ciertamente la actual ejecutiva del PSOE tiene de qué preocuparse, pues en dos años de oposición ha perdido posiciones. Pero no hasta el punto de perjudicar más aún al socialismo español para mantener sus posiciones a buen cobijo. Si, además de cortar toda divergencia, se boicotea a las personalidades que aún pueden tener algo que decir (y decirlo bien) en la política del partido, la de Madrid, y a fin de cuentas, la de España, resultará que los señores González, Guerra, etcétera, estarán cegando cada día más una corriente socialista y acercándonos al modelo italiano, de tan poco fruto hasta la fecha.