Asesinado el director de un semanario derechista

El periodista Carmine Pecorelli de 51 años, director del semanario de escándalo político, derechista, OP (Observador Político), fue asesinado en la noche del martes en el centro de Roma con un tiro en la boca y cuatro en la nuca, cuando acababa de entrar en su coche, un Citroën verde. Le disparó un solo tirador con una pistola 7,65 provista de silenciador.

Pecorelli, que era también abogado y estaba considerado el periodista «más temido y despreciado» del país, había convertido en semanario lo que al principio era sólo una agencia de noticias políticas y económicas «escandalosas» inspiradas por los ambientes de la extrema derecha y, al parecer, por personales de los servicios secreto del ex DID -Servicio de Información de la Defensa-. De hecho conseguía publicar noticias que sólo podían salir de las carpetas del palacio. Algunas resultaron tan falsas y tendenciosas que, caso único en Italia, el semanario fue prohibido en la sala de prensa del Parlamento.Sobre Pecorelli llovió siempre un diluvio de acusaciones de compañeros periodistas y de hombres políticos, pero nunca fue condenado. El gremio de periodistas lo había expulsado por calificarle de indeseable.

El atentado ha sido reivindicado por un grupo de revolucionarios anárquicos que, según la policía, no posee credibilidad. Con una llamada por teléfono a la agencia ANSA, una voz femenina, después de haber reivindicado el atentado, anunció que serían asesinados otros cinco periodistas si Andreotti «no se iba».

Críticas al Gobierno

Mientras tanto la izquierda ha acogido con duras críticas el nuevo Gobierno Andreotti, considerándolo viejo como los gobiernos de los años 50. Dicen los observadores que, como sucede habitualmente, la Democracia Cristiana «expresa en sus gobiernos lo peor de su alma».Se ha criticado mucho el hecho de que Giulio Andreotti haya eliminado precisamente los dos ministros «técnicos» del anterior monocolor es decir, Ossola y Prodi. Se trataba de dos hombres nuevos, los menos politizados.

Con una cierta ironía, los observadores afirman que a los comunistas y socialistas que habían pedido «independientes de izquierda» en el nuevo Gobierno, Andreotti les ha respondido mandando a la calle a los «independientes de la Democracia Cristiana».