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Duras críticas, en el Parlamento francés contra la "giscardización" de la prensa

Hoy serán votadas las dos mociones de censura presentadas el miércoles por comunistas y socialistas franceses contra la política gubernamental. Estas mociones sólo serán votadas por los diputados de los dos partidos citados, con lo que ninguna de las dos podrá prosperar. Por otro lado, en el debate sobre la información fue criticada ferozmente la «giscardización» de la prensa francesa. «Chaban Delmas parece más un domador de fieras que un presidente de la Asamblea», «los diputados jugaron a la cuarta República», «usted está sordo o está loco» (esta última frase fue lanzada por el líder socialista, Gaston Defferre, contra el dirigente comunista Roland Leroy). Este muestrario de comentarios, recogidos ayer en el hemiciclo a lo largo del debate sobre la información en Francia, no es más que un indicio del espectáculo ofrecido por la clase política.

Tal será la impresión dominante cuando hoy se haya votado, la formación de dos comisiones parlamentarias que van a investigar sobre los problemas del empleo y de la información en Francia.

Además, las dos mociones presentadas separadamente por socialistas y comunistas serán rechazadas hoy y no habrán servido más que para repetir las críticas cotidianas de la oposición al Gobierno y, sobre todo, para evidenciar aún más hasta qué punto los dos partidos de izquierdas «se odian como enemigos naturales», como afirmó ayer un periodista presente en la Asamblea.

En lo que se refiere a la información, ayer se debatió sobre «el control gubernamental ejercido sobre las radios y televisión estatales», según expresión de un diputado gaullista; sobre la «información manipulada y controlada», como afirmó un comunista; sobre la «irresistible ascensión del señor Hersant » expresión lanzada por un socialista. En otras palabras: lo que se debatió fue la «giscardización» de la que es víctima la prensa en Francia, acusación en la que coincidieron todos los políticos no pertenecientes al partido del presidente, la UDF.

En los dos últimos años, en apariencia al menos, el presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, ha conseguido copar con sus hombres de confianza no sólo el monopolio estatal de radio y TV, sino también gran parte de las radios y prensa privada.

Las emisoras teóricamente no oficiales, como Europa 1, Radio Montecarlo y Sur-Radio, por no citar más que las importantes, están dirigidas por ex colaboradores del presidente.

La agencia Havas, la agencia nacional France Presse, también han modificado su staff dirigente con la inclusión de hombres apadrinados por el Elíseo.

En la prensa escrita, privada también en principio, el «hombre fuerte» es Robert Hersant: en el momento actual controla dieciséis periódicos en toda la geografía francesa, de los cuales tres son de circulación nacional: France-Soir, Le Figaro y L'Aurore. Otras tantas publicaciones periódicas están también en sus manos. En total se calcula que el 20% de la prensa escrita gala le pertenece. Este imperio, nadie se priva de echárselo en cara, lo ha conseguido gracias a los apoyos financieros de bancos, sobre los que influyen, por un lado, el presidente de la República, y por otro, el líder gaullista Jacques Chirac.

Ayer, en la Asamblea Nacional, la oposición no se olvidó de recordar este último detalle al líder gaullista, que ahora se queja de «la falta de objetividad de la que es víctima su partido».

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