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Argelia, ante cambios importantes en la estructura de poder heredada de Bumedian

La nueva estructura del Gobierno y el buró político del Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino configuran un mecanismo complejo de poder en torno al presidente Chadli Benjedid, el cual difiere considerablemente del que existía bajo el mandato de Bumedian. La reforma constitucional, la formación de nuevas comisiones del partido único y el eventual nombramiento de varios vicepresidentes, pondrán fin próximamente al esquema de la actual dirección política argelina y permitirá disponer de una real visión de conjunto.En la medida en que el reparto de cargos, en el partido y el gabinete, responde más a un compromiso entre «progresistas» y «liberales» que a una abrumadora victoria de un bando sobre otro, y habida cuenta de las diferencias que separan a los hombres del buró político, es aventurado hablar de «poder omnímodo» o de «sacrificio» de un personaje determinado.

Lo cierto es, sin embargo, que la revolución argelina heredó de Bumedian una textura radical que requería, para consolidarse, el renacimiento del FLN y la primacía de sus estructuras sobre las de un aparato de Gobierno que estaba inmerso en la burocracia y predispuesto a hacer abstracción del factor ideológico en aras de su eficacia gestionaria.

Huari Bumedian colocó al frente de esa empresa política de renovación al coronel Salah Yahiaoui y éste se halló a pesar suyo, tras el fallecimiento del «hombre fuerte» de Argelia, provisto de atribuciones inesperadas y encargado de organizar un congreso del FLN del cual debía salir la dirección política de Argelia para los próximos cinco años.

Hombre de carácter, militar considerado «progresista», Yahiaoui dispone ahora en su torno de una mayoría de partidarios, miembros del Comité Central, y es compañero de armas de Mohamed Abdelghani, el actual jefe del Gobierno.

El buró político no «cubre» todas las actividades ministeriales, como se desprende del marco de acción de las seis comisiones ya creadas (faltan otras seis entre las que no se sabe a ciencia cierta si habrá una de relaciones exteriores, aunque es de esperar que así sea, por lo que no puede hablarse de una preeminencia discreccional del partido sobre el Gobierno, sino más bien de un compromiso).

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La "estrella" de Buteflika

El «enigma» que preocupa más a las cancillerías occidentales es «situar» las atribuciones y el poder real de Abdelaziz Buteflika, hombre que imprimió un sesgo personal a la diplomacia argelina desde que fue hecho responsable del área, en septiembre de 1963, por Ahmed Ben Bella.Personaje unido estrechamente a Bumedian, la muerte de éste representó un serio handicap para Buteflika, quien, según parece, tampoco logró constituir un grupo sólido en el seno del disuelto Consejo de la Revolución. Sus aliados circunstanciales fueron, al parecer, Tayebi Larbi y Ahmed Draia, pero el primero de ellos, cuya estrella ha palidecido, «le causó más mal que bien», señalaba a este corresponsal un importante personaje de la cancillería. En cuanto a Draia, se afirma que en los últimos días de las deliberaciones del buró político estuvo «más cerca» de Yahiaoui que de Buteilika.

La eventualidad de que pueda ser nombrado a una de las vicepresidencias o al frente de la posible Comisión de Relaciones Exteriores, representaría para Buteflika una promoción importante, pero ambas posibilidades son bastante remotas.

Lo más probable es que, convertido en uno de los consejeros íntimos del presidente Chadli, conserve en sus manos algunos grandes temas de la política exterior argelina, como podría ser el Sahara occidental. También aspiraría a suceder a Kurt Waldheim como secretario general de la ONU, pero los soviéticos ya han dado a entender que opondrían su veto.

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