Treinta y dos actos terroristas en Córcega una sola noche
Los 32 atentados cometidos a lo largo de la noche del viernes al sábado pasado contra establecimientos bancarios corsos fueron reivindicados por el Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC), movimiento clandestino que preconiza la independencia de la isla de Córcega. Dos bancos parisienses también sufrieron anoche las consecuencias de explosiones, reivindicadas por el mismo grupo en todos los casos. No hubo víctimas humanas, pero sí cuantiosos daños materiales.La mayor parte de las explosiones, todas ellas de unos ochocientos gramos de explosivo, aproximadamente, se produjeron contra los bancos establecidos en la alta Córcega. En el sur de la isla se contabilizaron una docena. En la capital, Ajaccio, explosionaron ocho cargas, la mayor parte contra sucursales de la Sociedad General y del Crédit Lyonnais, los dos bancos metropolitanos más importantes.
Se suponía ayer que los nacionalistas del FLNC han atacado en esta ocasión a los bancos por las razones que ya expusieron hace algún tiempo en un «libro verde».
Según las tesis expuestas en este folleto, los nacionalistas no perdonan a los bancos que durante el período de expansión económica de los años sesenta practicasen lo que ellos denominan «una economía de Far-West»; es decir, préstamos a corto plazo y autorización de descubiertos que penalizaban con intereses desmedidos, en vez de inversiones a largo plazo y a intereses moderados para favorecer el desarrollo de las empresas corsas. El resultado de esta política bancaria, en opinión del FLNC, se traduce hoy por una vulnerabilidad del comercio corso que desemboca en la quiebra la mayor parte de las veces.
El único sector de la economía corsa que ha prosperado «es el bancario», estiman los independentistas.
La nueva ola de atentados, tras los que hace tres días se produjeron en Bretaña, despierta otra vez la pesadilla regionalista en las memorias de altas esferas del centralismo parisiense. En estos medios, tanto la derecha como la izquierda, salvo sectores minoritarios, rechazan de plano el planteamiento de un problema de descentralización profunda. El hombre político que en los últimos quince años ha defendido más razonada y ampliamente un «poder regional». el presidente del Partido Radical, Jean-Jacques Servan-Schreiber, está considerado, por este motivo más que por ningún otro, como un disidente peligroso de la buena lógica francesa napoleónico-centrista.
Por lo que concierne a la actualidad vigente del FLNC, las autoridades oficiales, la clase política y la mayor parte de los expertos continúan valorándolo como un grupo «marginal» que, según documentos secretos conseguidos por la policía el año pasado estaría integrado por algunos centenares de militantes y «trescientos hombres de choque».
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